vitoria. Probablemente nunca un dulce le ha sabido tan amargo a Sergio Scariolo como en la tarde de ayer. Después de una primera vuelta liguera muchísimo más complicada de lo inicialmente previsto y con múltiples obstáculos a lo largo del camino, el Baskonia obtuvo la recompensa por la que llevaba luchando a brazo partido durante las últimas semanas, el pasaporte para la Copa del Rey de Málaga. Sin embargo, esta buena noticia se produjo fundamentalmente como consecuencia de los errores de los otros aspirantes y llegó emvuelta en un nuevo y otra vez poco comprensible tropiezo del combinado azulgrana. De esta manera, el técnico italiano se encontró con la difícil papeleta de tener que explicar la derrota encajada ante el Fuenlabrada después de haber reservado el pasado viernes en la Euroliga a gran parte de la plantilla tirando el duelo ante el Olympiacos.

Una tesitura complicada en la que el preparador transalpino no ocultó su malestar y, sobre todo, su preocupación por el presente y la evolución futura del equipo. "Estoy cabreado porque hemos cometido errores que llegan como consecuencia de pura distracción o de falta de concentración y eso es algo que no nos podemos permitir. No ha faltado lucha ni actitud pero no podemos dejar de poner atención durante los cuarenta minutos", censuró.

Scariolo volvió a insistir una vez más en el hecho de que cuenta con varios jugadores "en proceso de maduración", aunque quiso dejar claro que dispone de mimbres suficientes para poder ofrecer un nivel muy superior al exhibido durante la última semana. "Hemos demostrado que cuando estamos al completo y, sobre todo mentalmente, todos bien podemos competir contra cualquiera, también en la Euroliga. En estos momentos tenemos que recuperar a los que no están bien físicamente, dosificar a los que tenemos que dosificar y está claro que hay que sumar primero en el juego interior y después recuperar la peligrosidad de los aleros", marcó como hoja de ruta para el futuro.