Nunca un partido en el Buesa Arena duró tan poco. En concreto seis minutos, que es lo que le duró ayer la actitud a los jugadores del Baskonia frente al Olympiacos, el vigente campeón de la Euroliga. A partir de ahí, la escuadra de Scariolo fue una marioneta en manos del plantel heleno, que ya al descanso le había endosado la friolera de 59 puntos, la segunda mejor marca en la historia del Top 16. Vassilis Spanoulis, que llegaba a Vitoria con unos registros malísimos en sus últimos tres partidos ante Armani, Barça y Panathinaikos, se encargó de dinamitar el partido con un clinic espectacular. Y a partir de ahí, también llegó la impotencia azulgrana. Una incomprensible falta de actitud defensiva que impidió al equipo siquiera competir en ningún momento. Por ahí se vino también una nueva ración de pitos en el Buesa para jugadores como Mainoldi, que continúa estando a años luz del nivel que en su día llevó a Josean Querejeta a contratar sus servicios. Ayer firmó el especialista una pésima estadística desde el perímetro con 0 de 6 en triples.
En este contexto de infinita debilidad -el Baskonia daba la sensación ayer de ser un equipo de EBA más que de Euroliga-, la noche hacía presagiar un desenlace que pudo haber sido peor. El humillante camino a los vestuarios tras la primera mitad, donde los hombres de Scariolo encajaron una cifra escandalosa -59 puntos-, supuso definitivamente el final de un partido y el comienzo de otro, el que Baskonia jugará mañana en Fuenlabrada con la Copa en juego.
Con semejante ventaja, el Olympiacos levantó el pie del acelerador, Laboral Kutxa preservó a sus jugadores fetiche, fundamentalmente Pleiss, Nocioni y Heurtel, y dio comienzo una pachanga que provocó la espantada de gran parte del pabellón. "Preferimos no arriesgar y aguantar con dignidad para pensar en el inmediato futuro", reconoció en sala de prensa el técnico italiano, que no puso el más mínimo pero a la derrota. "Nos han castigado muy bien, con mucho acierto y con un movimiento de balón muy bueno. El campeon de Europa nos ha pasado por encima y nuestro nivel no es para ganar al campeón de Europa, pero sí que hay que dar más guerra y plantar más oposición", valoró.
Respecto a ese futuro inmediato que representa el choque de Fuenlabrada, confia el de Brescia en recuperar para la causa a San Emerio y Hanga -ayer fueron baja- para poder competir al más alto nivel y gozar de unas rotaciones "más tranquilas" que incrementen el rendimiento del equipo. Y respecto a los pitos que la afición volvió a reprochar a Mainoldi, concluyó. "Está en baja confianza y tenemos que ayudarle. No veo falta de desgana, sino falta de eficacia y rendimiento. Confío en que tanto él como otros jugadores salgan de este bacha y se sumen al equipo".