Vitoria. Al Baskonia le salen las cuentas si quiere encaramarse al liderato de la primera fase del grupo D de la Euroliga. Algo que parecía completamente inviable cuando arrancó la presente edición continental puede hacerse realidad si se produce una combinación de resultados para nada descabellada y se tiene en cuenta el buen momento de forma que atraviesa. Se diría casi que depende exclusivamente de sus dos resultados ante el Estrella Roja y el Lokomotiv Kuban para consumar el objetivo. Ganando ambos partidos -a los rusos, eso sí, por dos puntos de diferencia- y produciéndose una derrota del Maccabi, bien ante el Lietuvos Rytas en su feudo o en la última jornada en el OAKA ante el Panathinaikos -esta hipótesis es mucho más factible-, el combinado de Scariolo alcanzaría la cúspide de un exigente lote en el que ha debido competir contra algunos clubes que duplican su presupuesto.

Las dos victorias obtenidas por los alaveses en sus enfrentamientos directos con el Maccabi le conceden ventaja en el caso de dobles o triples empates. Si se produce esto último con los rusos como invitados en la fiesta, tampoco se vería alterado el liderato azulgrana. Y es que el cuadro dirigido por David Blatt resultó vencedor de sus dos duelos directos ante el Lokomotiv, que en ese caso concluiría en tercera posición pese a haberse impuesto con mucha fortuna a los vitorianos en su pista de Krasnodar.

Aunque no sirve, a la postre, para casi nada y ni mucho menos garantizará un grupo más benigno a partir de enero dentro del Top 16, no cabe duda de que el Laboral Kutxa pondrá toda la carne en el asador para entrar por la puerta en una maratoniana fase de la competición donde apenas habrá cenicientas. Por el contrario, sí estarán todos los clásicos y pesos pesados continentales en busca de una de las cuatro primeras posiciones que permita acceder al cruce de cuartos de final previo a la Final Four.

A falta de dos jornadas para que se resuelva el puzle de los dieciséis conjuntos que afrontarán la pelea por la preciada corona, cuya resolución tendrá lugar en Milán, únicamente existen dos cosas claras. El Olympiacos irá al grupo E, mientras que el Real Madrid competirá en el F. Atenienses y merengues ya se han asegurado el liderato de sus respectivos lotes en la ronda inicial. A partir de aquí, no hay nada claro y los puestos pueden bailar de forma significativa. Incluso es factible que algunos equipos escojan a la carta el lugar en el que quieran caer para alimentar la picaresca habitual de estos casos.

En el caso del Baskonia, ya tiene la total certeza de que si es primero o tercero de su grupo, se medirá con seguridad a esa inclemente apisonadora que es el Real Madrid. Por el contrario, el segundo o el cuarto puesto propiciará que el Olympiacos, campeón de las dos últimas ediciones y de nuevo a un nivel sobresaliente guiado por Spanoulis, sea uno de sus siete rivales. Si acabara todo tal y como está en la actualidad, los alaveses también se verían las caras con los asequibles Barcelona, Galatasaray turco, Emporio Armani italiano, Nanterre francés y Bayern Munich alemán. Por el otro lado, sin duda el grupo de la muerte, circularían, junto a los griegos, el Fenerbahce, el Anadolu Efes, el Lokomotiv, el CSKA, el Unicaja, el Zalgiris y el Panathinaikos. Cábalas que, en cualquier caso, quedarán resueltas dentro de dos semanas cuando quede clausurada una primera fase donde, ante todo, lo primordial es clasificarse. Mucho más si, como es el caso del club de Josean Querejeta, se viene de sufrir lo indecible en las últimas campañas para colarse entre la flor y nata.