En el baloncesto moderno, donde el físico y el músculo ya predominan sobre el talento y una inteligente lectura del juego, el recurso del triple ha cobrado una dimensión capital. No hay equipo de elevados vuelos en Europa que no disponga de uno o más especialistas en la materia como una de las principales soluciones para hacer trizas el planteamiento defensivo del rival de turno y resolver a favor los partidos ásperos. Incluso los pívots se prodigan con más ahínco en la labor de generar espacios y abrirse a la línea de 6,75 metros. La lista de exterminadores entre la aristocracia continental es interminable, siendo Navarro (Barcelona), Carroll (Real Madrid), Spanoulis (Olympiacos) o Diamantidis (Panathinaikos) algunos de los más reputados.

¿Y el Baskonia? El club vitoriano ha mantenido a la totalidad de su cuerda exterior correspondiente a la pasada temporada -en el caso de San Emeterio, eso sí, en contra de su voluntad inicial-, con la salvedad del fichaje de Hanga que ha desplazado a Nocioni al puesto de falso cuatro. Entre las serias interrogantes que asaltan sobre el inquilino del Fernando Buesa Arena, una de las dudas estriba en saber quién se convertirá en esa muñeca eficaz que garantice puntos con regularidad en un perímetro, de momento, cogido con pinzas por las lesiones y huérfano desde hace cuatro ejercicios del ansiado killer.

Scariolo viene demandando en estas primeras semanas de trabajo "un paso al frente" a todos los componentes de la anterior plantilla. No le falta razón, aunque repasadas las estadísticas de los cuatro hombres que conforman la actual cuerda exterior desde la línea de 6,75 metros, no estaría de más tampoco una puntería mucho más certera que dote al Laboral Kutxa de la munición extraviada con la salida de Igor Rakocevic.

Causeur, Jelinek, San Emeterio y Hanga, éste último durante su etapa en el antiguo Manresa, se quedaron incluso lejos del aconsejable 40% de acierto en el porcentaje de tres puntos. Una cifra vetada para un equipo que aspira a codearse con los grandes de la ACB y la Euroliga. Mientras en el caso del cántabro y del húngaro existe la disculpa de que nunca se han distinguido en sus carreras por ser unos tiradores fiables y acreditan otras virtudes, el margen de mejora para el estilista francés -28 de 87 para un 32%- y el checo -1 de 16 para un paupérrimo 6%- constituye una obviedad.

El indomable Heurtel (33 dianas en 78 lanzamientos) y, sobre todo, Nocioni -un tipo cumplidor en cualquier posición que encestó 58 de 126- fueron de largo los más entonados en una faceta del juego que desnivela la balanza si se cuenta con consumados artilleros. Queda el consuelo de que la nueva confección de la plantilla, con varios pívots como Hamilton y Mainoldi capacitados para lanzar desde la larga distancia, y el sistema de juego que desea implantar el entrenador italiano con una única referencia en la pintura abren la puerta a que los rivales sufran otras posibles amenazas en los encuentros.

Entre las buenas maneras mostradas por Causeur, se echó en falta básicamente una muñeca de seda que el interesado se ha propuesto moldear. Jelinek, un expediente X para Tabak en la mayoría de las comparecencias desde que ocupara la vacante dejada por Oleson, llegó excesivamente tarde a un barco a la deriva y con demasiadas vías de agua. El internacional checo, de gatillo fácil durante su ciclo en Badalona y capaz de armar el brazo con una rapidez endiablada, trata aún de reconocerse en el espejo para evocar sus mejores días en el Joventut.

Se trata de una temporada nueva y Scariolo también deberá suministrar en materia táctica la savia fresca imprescindible para regenerar la ilusión de la escéptica afición azulgrana, pero todo hace indicar que el remozado proyecto azulgrana no ha corregido una de las sistemáticas carencias de los últimos tiempos. Desde que Rakocevic desestimara una oferta de renovación para enrolarse en el Efes turco en el verano de 2009, la cuerda exterior adolece de un anotador compulsivo que se fabrique sus propias canastas. Los sucesivos escoltas contratados por Querejeta para suplir la alargada sombra del dos nacido en Belgrado o, unos años atrás, Arvydas Macijauskas no han mantenido la extrema capacidad competitiva de un grupo en busca de sus viejos valores de antaño.