vitoria. Se ha convertido en una especie de tradición, tremendamente enervante, para el Baskonia. Y se repite cada verano, independientemente de la identidad de los jugadores que conformen el plantel azulgrana o del técnico que guíe la nave. Un año más, el equipo vitoriano se presentará al primer torneo oficial del nuevo curso, la Supercopa que acogerá el Buesa Arena a finales de la próxima semana, parcheado y con numerosas ausencias. David Jelinek ha sido el último de los pupilos de Sergio Scariolo que se suma a la lista de bajas y reduce aún más el potencial de la plantilla de cara al duelo que el viernes 4 de octubre supondrá el primer examen oficial del nuevo proyecto ante el todopoderoso Barcelona.

El escolta checo sufrió una pequeña rotura fibrilar en el transcurso del último amistoso de preparación del equipo azulgrana, el pasado domingo, frente al Fuenlabrada. Aunque en un primer momento se encendieron las alarmas cuando el jugador se dolía sobre el parqué tras realizar un mal gesto, luego pudo continuar jugando hasta que los árbitros le señalaron su quinta falta personal y tuvo que abandonar prematuramente el banquillo. Jelinek, de hecho, cuajó un partido bastante vistoso, con buenos porcentajes en el tiro y 15 puntos, que en frío le pasó factura.

Los servicios médicos del Baskonia, tras someter al exterior checo a diversas pruebas a lo largo del lunes, confirmaron una lesión que, sin ser grave, sí que parece que pone más que en entredicho su presencia para la Supercopa. Si los plazos de baja fijados por los galenos baskonistas se cumpliesen a rajatabla, si se limitan a los diez días señalados en el parte oficial que ayer remitió el club, podría estar recuperado justo para la semifinal de la Supercopa. Pero no existen garantías y quizá podría resultar tanto peligroso como desaconsejable que el jugador forzara. Así las cosas, Scariolo se encuentra muy limitado a la hora de confeccionar la rotación exterior de cara al primero de los tres torneos que peleará en esta inminente campaña el combinado baskonista.

La baja de Adam Hanga, que continúa su proceso de recuperación y al final viajó junto al resto de la plantilla a Vielha, deja a Fabien Causeur y Fernando San Emeterio como los dos únicos aleros puros del primer equipo disponibles, teniendo en cuenta que Nocioni ejerce como cuatro titular y Carlos Martínez está aún acumulando horas de vuelo para gozar de protagonismo en citas de calado. En esta tesitura, no resultaría descabellado que el club decidiera inscribir a uno de los temporeros, Filip Videnov, para la Supercopa.

Sergio Scariolo no quiso posicionarse al respecto cuando fue cuestionado en torno a este asunto el domingo en Getafe, al término del amistoso frente al Fuenlabrada. "Tenemos que sacar el máximo partido a lo que tenemos. No disponemos de muchos recursos", respondió con aire evasivo cuando se planteó la opción de que el búlgaro pudiera ocupar la plaza de Hanga hasta su recuperación definitiva. Ahora, con una nueva baja en las posiciones exteriores, las opciones de Videnov se cotizan al alta, sobre todo porque es uno de los jugadores que más minutos han acumulado en los tres primeros ensayos de pretemporada del equipo y conoce tanto los sistemas como los métodos de trabajo de Sergio Scariolo.

La maldición veraniega del Baskonia, en cualquier caso, se prolonga una temporada más. Hanga y Jelinek no son los únicos que este año han reservado plaza en la enfermería azulgrana. También el joven Ilimane Diop y Leo Mainoldi han estado en el dique seco.

veranos tormentosos El equipo vitoriano, pese a todo, se ha habituado a nevara en estas aguas turbulentas a lo largo de los últimos veranos. Han sido varios los jugadores que han sufrido lesiones, algunas de gravedad, sin ni siquiera gozar de la oportunidad de vestirse de corto. Tal y como le ha sucedido a Mainoldi, que cayó en su segundo entrenamiento, justo después de ser presentado, le ocurrió a Reggie Williams, que acudió cojeando a su presentación tras su primera sesión física, o a Maciej Lampe, cuyo problema de cadera lo mantuvo fuera de circulación hasta la Copa del Rey.

Algo similar les sucedió a Walter Herrmann, Brad Oleson o Taylor Rochestie, víctimas de una maldición que han padecido también otros como Logan, Haislip, Mensah-Bonsu o Pete Mickeal.