Vitoria. La marcha de Nemanja Bjelica continúa dilatándose más de lo que el jugador desea. Mientras Baskonia y Fenerbahce -con el Barcelona al acecho- mantienen viva su negociación en un tira y afloja que dura ya más de una semana, el jugador serbio empieza a impacientarse a tenor de las últimas declaraciones realizadas a la prensa de su país. Nemanja, que decidió decantar la balanza en favor del cuadro turco pese a su predisposición inicial a recalar en el Barcelona, se mantiene ahora pendiente del teléfono a la espera de una fumata blanca que él esperaba observar hace ya unos días.
"Confiaba en que todo iba a estar resuelto al final de la semana pasada. Todavía no he firmado nada y sigo siendo jugador del Baskonia. No sé qué más decir", aseguró el alero antes de zanjar su declaración explicando que no está al tanto de la cifra real que Fenerbahce y Barcelona han ofrecido a la entidad vitoriana para hacerse con sus servicios. "No conozco los detalles de mi cláusula de salida", se limitó a transmitir el jugador nacido en Belgrado, al que este año le ha tocado protagonizar el tradicional culebrón veraniego baskonista, con permiso de Fernando San Emeterio.
Mientras tanto, en Turquía parecen dispuestos a no perpetuar eternamente el fichaje de Nemanja, una de las exigencias de Zeljko Obradovic tras su aterrizaje en Estambul. De hecho, el general manager del Fenerbahce, Nedim Karakas, declaró ayer a la prensa turca que el todavía integrante del Laboral Kutxa "es el único jugador con el que estamos negociando ahora mismo".
Y así, a la espera de desvelar más pronto que tarde si definitivamente deberá hacer las maletas para jugar en Estambul a partir de la próxima temporada, Nemanja pasa los días en su Serbia natal, con cuya selección disputará en septiembre el Eurobasket de Eslovenia bajo las órdenes de Dusan Ivkovic. Precisamente, en Serbia aseguran que el alero se reunió personalmente con Zeljko Obradovic en Belgrado apenas unos días después de que el técnico fuera presentado en Estambul.
Un encuentro que acabó por convencer a Nemanja, ilusionado ante la posibilidad de trabajar bajo el auspicio del veterano preparador serbio. Incluso con el último arreón del Barcelona a la desesperada, aumentando su oferta al Baskonia por el jugador, la presencia de Obradovic en el banquillo otomano se antoja demasiado atractiva para decir que no, como bien aseguró el propio Nemanja hace unos días.
Continuar en Europa A la espera de confirmar el traspaso del que hace tres años aterrizara en Vitoria como la gran perla del baloncesto continental, la entidad del Buesa Arena obtendrá a cambio una suculenta -y necesaria- inyección económica a cambio de un jugador que hace apenas unos meses daba por hecho que cruzaría el charco rumbo a la aventura de la NBA. Sin embargo, el despido de David Kahn de los Minnesota Timberwolves y su sustitución por Flip Saunders, menos interesado en captar al alero serbio para la causa, desinfló la posibilidad de que Nemanja acompañara este curso a Ricky Rubio en las filas del equipo de Minneapolis. Al menos durante un tiempo, el sueño de la NBA deberá esperar. Con todo, el todavía alero del Laboral Kutxa tendrá ocasión salvo giro radical de los acontecimientos de entrenar junto a Obradovic y, como él mismo manifestó recientemente, "luchar por todos los títulos" en el plantel turco.
Los cerca de un millón de euros que el Baskonia recibirá como contraprestación por su adiós permitirán al menos llenar el hueco que el balcánico deja en el vestuario del Buesa Arena, donde en los tres años que disfrutó de una taquilla no llegó nunca a cuajar completamente. Tras un primer curso en el que las lesiones y el factor Ivanovic pesaron como una losa sobre sus hombres, Nemanja empezó a justificar su costoso fichaje en el último tramo de su segundo año, cuando disputó un más que notable play off en las filas del equipo vitoriano.
Cuando parecía que la campaña 2012-13 iba a ser el año de su eclosión, los problemas en el vestuario y la mala imagen general desplegada por el Baskonia, cambio de entrenador incluido, transformó el que será su último curso en Vitoria en una auténtica montaña rusa, alternando actuaciones dignas de todas las loas con choques en los que aparecía y desaparecía cual Houdini de las canchas. Ahora, con Obradovic, tal vez Nemanja se convierta al fin en el jugador que todos esperan. Más vale tarde que nunca.