VALENCIA BASKET Ribas (3), Doellman (5), Lishchuk (5), Kelati (10), San Miguel (6) -quinteto inicial-, Markovic (4), Abbia, Faverani (23), Dubljevic (3), Rafa Martínez (17), Pietrus (1).
ESTUDIANTES Granger (16), Gabriel (9), Kuric (7), Kirksay (5), Barnes (2) -quinteto inicial-, Ficher (5), Fernández (5), Clark (2), Vicedo, Nogueira (8).
Parciales 15-13, 22-12, 19-16, 21-18.
Árbitros Martín Bertrán, García González y Araña. Eliminado Dubljevic.
Pabellón Fernando Buesa Arena. 14.200 espectadores.
vitoria. La Copa enfermó ayer. Los problemas de salud de Carl English, el brazo ejecutor del Asefa Estudiantes, arruinaron el tercer duelo de cuartos de final. El Valencia Basket encontró en la enfermedad ajena la cura a buena parte de sus males. El equipo de Velimir Perasovic, que llegaba en una pésima dinámica a la cita del Buesa Arena, se armó de confianza para afrontar la semifinal tras resolver su primera prueba con mucha más comodidad de la que cabía esperar.
La baja del escolta canadiense resultó una losa demasiado pesada para un equipo muy corto de efectivos y que a lo largo de toda la temporada había vivido en gran medida de su inspiración. Sin English, el Estudiantes fue demasiado poco. Incluso para afrontar un duelo en el que se apreciaban muchas opciones de que el cabeza de serie cayera a las primeras de cambio.
Txus Vidorreta no encontró un parche que cubriera el enorme boquete que abrió la ausencia del exjugador del Baskonia. Seguramente era tan consciente como el resto de que no contaba con una alternativa suficiente, así que fió las opciones de su equipo al coraje y la intensidad que permitieron al cuadro estudiantil colarse en la Copa.
El aliento le duró lo justo a los madrileños. Con una rotación tan escasa, apenas pudieron aguantar diez minutos el ritmo que marcó el Valencia Basket. El cuadro taronja está mal, y ha llegado a la cita de la capital alavesa con más miedos que certezas, pero eso no quita para menospreciar a un plantel que dispone de un elenco de jugadores de enorme calidad.
Tras un inicio de partido plagado de imprecisiones, en el que ambos equipos evidenciaron las dudas que les atenazaban, el plantel de Perasovic fue poco a poco pisando terreno firme y asumiendo que tenía todo de cara para acceder a las semifinales. Al final logró hacerlo casi sin despeinarse, en una cita que le permite además recuperar a algunos jugadores para la causa. Faverani, una triste sombra de lo que fue hasta ayer, se desquitó con una actuación sobresaliente con la que destrozó en la pintura al conjunto bilbaíno.
Los dos puntos que distanciaban a ambos equipos al término del primer acto eran tan sólo un espejismo que apenas tardó otros diez minutos en quedar disipado. Para el descanso, la diferencia era ya de doce. Y de quince (56-41) cuando acabó el tercer periodo.
Al partido le sobraron muchos minutos, pero el Valencia Basket supo aprovechar la coyuntura para rearmarse de cara a la semifinal, a la que llega con mucho más crédito del que traía a Vitoria. Rafa Martínez, una de las figuras del equipo taronja que en las últimas semanas parecía haber dado un paso atrás, volvió a dar dos adelante, mientras que el Estudiantes porfiaba por evitar lo inevitable y acabó al final claudicando.
La fiebre de English postró al Estudiantes, pero no a su orgullosa hinchada, que siguió dando guerra hasta el final para reconocer los méritos de un equipo que ayer no pudo competir de igual a igual. La baja de English supuso un hachazo definitivo y determinante.