Logroño. Taylor Rochestie se convirtió ayer por fin en nuevo jugador del Caja Laboral. El timonel montenegrino, al que se le detectó un problema en la rodilla durante el reconocimiento médico al que fue sometido el pasado jueves, ha aceptado los términos del nuevo contrato que le presentó la directiva, entre los que se incluía una cláusula de corte en caso de lesión derivada de esta anomalía, y pudo incluso lucir la elástica azulgrana en el calentamienti del choque ante el Armani Jean Milán.

El cierre del acuerdo, que el club no especificó si se mantiene en los mismos términos temporales que el inicial -dos años-, cierra de manera definitiva el debate de los bases que tanto ha dado que hablar en la capital alavesa. Carlos Cabezas y Taylor Rochestie compondrán el dúo de directores de juego del equipo gasteiztarra, mientras que se sigue a la espera de dar con una solución para Thomas Heurtel, a quien Dusko Ivanovic ha ofrecido bastante protagonismo durante la pretemporada, sobre todo en una gira francesa en la que se pretendía situar al jugador en el escaparate.

Así las cosas, el plantel baskonista queda ya definido, a falta de que la directiva tome una decisión sobre la composición del juego interior. Milko Bjelica no tiene asegurada su continuidad. No es porque no guste al club o al propio Ivanovic, que el pasado año ya demostró su confianza en él, sino por el hecho de que con una plantilla confeccionada de esta manera, con sólo tres interiores puros, los rectores baskonistas meditan la opción de contar con un cuatro de mayor peso, menos secundario, más capaz de asumir protagonismo ofensivo. El debate del base se ha cerrado. Pero hay otros abiertos aún.