Vitoria. Sentados a escasos centímetros de distancia en el Ayuntamiento de Barcelona, dos amigos inseparables durante su etapa en el Baskonia no pudieron reprimir una pícara sonrisa en cuanto las bolas extraídas de la urna por Jaime Algersuari y Álvaro Vázquez depararon el enésimo derbi en la Copa. Íntimos fuera de la pista y partícipes de la época más dorada del club vitoriano, Prigioni y Vidal se convertirán el próximo 16 de febrero durante unas horas en rivales encarnizados en busca de un billete para semifinales. Para el argentino, será poco menos que una obligación debido a la consabida tradición copera azulgrana y la jerarquía de un Caja Laboral en horas bajas y más dubitativo que nunca. En el caso del badalonés, un bonito sueño toda vez que para el Lagun Aro su simple presencia en esta cita reservada para los elegidos ya constituye un sonado éxito.
"No había muchas cuentas que hacer. Cualquiera de los cuatro equipos hubiese sido difícil. Del quinto al octavo clasificado, todos están felices por llegar hasta aquí y eso les da la suerte de venir al torneo con un punto de ilusión distinto. Lo más importante es mirarnos a nosotros mismos y subir un punto nuestro nivel general para llegar lo más fuertes posible", advirtió Prigioni.
El timonel albiceleste admitió la ausencia de "preferencias" antes de que el azar repartiese fortuna y reconoció que el primer partido "siempre es difícil por la ansiedad y por los nervios que te pueden jugar una mala pasada". A su juicio, "lo importante no es estar bien o en plena forma hoy, sino dentro de varias semanas" cuando se haga realidad la llegada de un torneo que el Caja Laboral afrontará con aires de revancha tras la prematura eliminación continental. "Lo fundamental es centrarnos en trabajar y que el equipo llegue a punto para ese fin de semana. Tenemos una gran oportunidad para competir y mostrar lo que somos capaces. Un jugador para la zona nos vendría fantástico y también nos puede hacer más fuertes. Esperemos que el grupo llegue a su techo en el evento", recalcó con sinceridad.
En la acera de enfrente, Vidal afrontará el complejo reto de añadir una quinta Copa del Rey a su dilatado palmáres tras los cuatro triunfos conquistados como integrante baskonista. El escolta catalán calificó como "increíble" el final de primera vuelta protagonizado por su equipo, que arrancó la ACB con cuatro derrotas seguidas. "Para nosotros, teniendo un 2-8 en contra, acabar en la Copa del Rey, aparte de toda la satisfacción que supone, encima haciéndolo de esta manera todavía nos sabe mejor".
Sobre su reencuentro con el club donde vivió su ciclo más dorado como baloncestista, Vidal no tuvo reparos en señalar que "era el rival que todo el mundo esperaba que tocara" debido al indudable morbo que despierta cualquier derbi. "Está claro que jugar ante el Baskonia siempre es especial. He pasado allí nueve años y viví muchos momentos positivos. Por suerte, algunos acabaron con un título de Copa", rememoró el exterior, quien desconfió del teórico mal momento por el que atraviesa su exconjunto. "Son súper competitivos y no albergo dudas de que llegarán a tope. A un partido puede suceder cualquier cosa, pero nosotros tendremos que afrontar un duelo de altísima exigencia donde será difícil ganar", alertó precavido.