Vitoria. Casi de rebote, a raíz de los resultados de otras canchas, el Caja Laboral de las dudas y la división ha logrado este fin de semana asegurarse su plaza de cabeza de serie para la próxima edición de la Copa. De la manera más gris posible, tras sufrir una derrota en casa frente a un rival tan modesto como el Manresa y como consecuencia del triunfo del Real Madrid en el Centro de Tecnificación de Alicante, el combinado que dirige Dusko Ivanovic compartirá bombo con los tres equipos que le preceden en la clasificación. Eso sí, deberá olvidarse de sus aspiraciones de pelear por convertirse en súper cabeza de serie, o lo que es lo mismo, de la opción de acabar la primera vuelta como uno de los dos mejores y, de este modo, evitar hasta una hipotética final al otro, que todo apuntaba a que podría ser el Barcelona.
El duelo del próximo domingo en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid pierde gran parte de su atractivo desde un punto de vista clasificatorio tras la derrota del sábado. Por supuesto, un enfrentamiento ante el Madrid siempre entraña importantes dosis de interés para el aficionado, incluso para el neutral, pero la guinda de que hubiera algo en juego más allá de lo que es un duelo más de la fase regular de ACB se pudrió conforme el Manresa confirmaba su triunfo en el Iradier Arena ante la atónita e incrédula hinchada vitoriana.
Sólo existe una opción, más surrealista que factible, que podría dejar al equipo baskonista fuera de los cuatro primeros puestos al término de la primera vuelta. Siempre combinado con una victoria del Lucentum, que visita el Palacio de los Deportes unas horas antes para medirse a Estudiantes, el Caja Laboral debería caer ante el equipo de Pablo Laso y hacerlo por una desventaja que rondara los 70 puntos. Por otro lado, su asalto al segundo puesto tampoco parece probable, sino más bien al contrario. Teniendo en cuenta que el equipo blanco ha cerrado la última jornada con un average de +174 y el del cuadro vitoriano está ahora mismo en +88, el equipo de Dusko Ivanovic debería asaltar la pista capitalina con todas las de la ley y superar al equipo de Laso por casi 90 puntos. Una utopía inalcanzable.
Así las cosas, la parrilla de salida para la cita copera del Palau Sant Jordi se encuentra prácticamente definida. Al margen de los cabezas de serie (Real Madrid, Barcelona, Unicaja y Caja Laboral) y del propio Lucentum, ayer certificó su billete para la cita de Barcelona el Cajasol, que se impuso en su visita a Santiago. Sólo una poco probable debacle matemática podría dejar fuera a los sevillanos.
Seis equipos pelearán en la próxima jornada por hacerse con las dos últimas plazas. Valencia Basket -el que mejor lo tiene-, CAI Zaragoza, Fuenlabrada, Lagun Aro, Manresa y un Gescrap Bizkaia que ha realizado un notable sprint final en las últimas jornadas, disponen de opciones de hacerse con una de las dos plazas restantes. Al margen del Valencia, el CAI y el Fuenlabrada son los que tienen más opciones de pelear por los dos últimos billetes para un torneo que puede determinar el grado real de competitividad de este desconcertante Baskonia.
Dusko Ivanovic sigue sin dar con la tecla que afine la orquesta azulgrana. El paso del tiempo ha evidenciado la escasa confianza que el preparador montenegrino tiene depositada en algunos de sus pupilos. Hay varios jugadores que no cuentan para el entrenador, más allá de cuál sea la situación de partido. Y casi todos son interiores. Los pívots que han ido pasando esta temporada por el Iradier Arena han ido desfilnando uno tras otro hacia el ostracismo. Seraphin, Dorsey, Golubovic, Musli... Ninguno ha bastado para colmar siquiera en cierta medida las expectativas de un técnico que el sábado prefirió cerrar el partido frente al Manresa con San Emeterio y Nemanja Bjelica, dos aleros como interiores, antes de dar entrada a alguno de los muchos pívots que ocupaba plaza en el banco.
Teletovic y Milko Bjelica, dos cuatros, con las ayudas puntuales de Nemanja han asumido el peso del juego baskonista en la pintura. Pero no es suficiente en ataque, y mucho menos en defensa. El sábado fue Asselin quien se dio un festín, pero a lo largo del curso han sido otros muchos los que han brillado. Una evidencia ante la obcecación de un Ivanovic que ya genera una evidente división de opiniones entre los aficionados azulgranas.
En la Copa, donde el cuadro baskonista llegará con demasiadas dudas en la mochila, se verá hasta qué punto este equipo podrá competir en lo que resta de curso. Con toda la prudencia que requiere la posible lesión de Teletovic y ante la inminente llegada de Maciej Lampe, Ivanovic tiene mucho trabajo por delante para devolver la ilusión a una hinchada desconcertada y algo cansada de tanta decepción.