Vitoria. Hubo un tiempo, no demasiado lejano todavía, en el que el Baskonia podía presumir de una precisión similar a la de las más sofisticadas armas de última generación. Allí donde colocaba su particular punto de mira, encontraba un jugador del primer nivel del que, durante los años que defendía la elástica azulgrana, extraía un brillante rendimiento tanto en la vertiente deportiva como -en la mayoría de las oportunidades- en la económica. Sin embargo, últimamente los responsables de la entidad del Paseo de Zurbano parecen haber extraviado la fórmula que les había llevado a convertirse en la envidia de prácticamente todos sus competidores tanto en la Liga ACB como en Europa. Y es que el Caja Laboral compraba barato un producto joven que posteriormente exportaba a cambio de unos jugosos ingresos sin que el nivel del equipo se resintiese apenas. Ahora, en cambio, el escenario no es ni mucho menos tan idílico.
Pese a que en el presente verano Josean Querejeta ha hecho caja con los traspasos de Marcelinho, Barac, Batista y Logan, lo cierto es que estas operaciones han tenido bastante más que ver con la habilidad del gestor azulgrana para llevar las negociaciones hasta el límite y obtener un beneficio económico incluso cuando él es el primer interesado en deshacerse de un jugador que con que el buen rendimiento de estos hombres multiplicase las ofertas sobre la mesa para hacerse con sus servicios. De hecho, únicamente en el caso del base brasileño puede decirse que su salida es de las de la vieja usanza. Los otros tres, en ningún caso han respondido a las expectativas que se habían depositado en ellos en el momento de su contratación y el club ha prescindido de sus servicios lo mejor que ha podido.
Lamentablemente, no es una excepción. Durante las últimas temporadas, por unas u otras circunstancias, los tiros baskonistas en el mercado se han saldado con bastantes más fallos que aciertos. Una tendencia que, por desgracia, parece mantenerse vigente en el presente ejercicio. Y es que el que estaba destinado a convertirse en fichaje estrella y piedra angular del proyecto 2011-12 se ha convertido ya, sin haberse iniciado la competición incluso, en el primer gran problema de este nuevo Baskonia.
Bien es verdad que poco ha podido hacer la entidad de Zurbano ante el infortunio físico que ha conducido a Maciej Lampe al dique seco durante un mínimo de cinco meses pero no lo es menos que este tipo de desgracias parecen haberse convertido ya en una seña de identidad más de la casa. Por si fuera poco contratiempo la baja -que el Caja Laboral asume que, en la práctica, le llevará a perderse muy probablemente todo el ejercicio- del pívot polaco, otra de las incorporaciones importantes, el americano Reggie Williams, también tendrá que estar parado un mes tras producirse un esguince de rodilla nada más ponerse a trabajar a las órdenes de Dusko Ivanovic.
Fiascos Pero, dejando al margen lo sucedido estas últimas semanas, lo cierto es que, remontando el análisis a las campañas precedentes, aparecen sobrados ejemplos de desviaciones en el punto de mira a la hora de confeccionar la plantilla. La temporada pasada, sin ir más lejos, varios son los nombres que podrían engrosar la lista de fichajes fiasco. Alguno, incluso, que no llegó a lucir la elástica baskonista como Pops Mensah-Bonsu. El pívot británico fue cortado antes del inicio de la competición tras no superar el reconocimiento físico por unos problemas en su rodilla. Pero es que su sustituto también integró la nómina de sonoros fracasos y abandonó Vitoria a los pocos meses de llegar tras haber deambulado por el Buesa Arena sin pena ni gloria. Junto a ellos, también pueden considerarse totalmente improductivos los fichajes de David Logan, Esteban Batista -ambos fuera del club ya- y Nemanja Bjelica. El serbio está obligado a demostrar este año que su pobre rendimiento del pasado fue debido a la siempre complicada adaptación.
Título con errores Una temporada antes, el Caja Laboral se alzó con la tercera Liga de su palmarés al vencer contra todo pronóstico en la final al Barcelona. Pese a este éxito, lo cierto es que la planificación del equipo estuvo plagada de errores y muchos de los integrantes de esa plantilla campeona abandonaron la disciplina azulgrana por la puerta de atrás. Fueron los casos de Sean Singletary, Carl English, Lior Eliyahu o Walter Herrmann. Un peldaño por encima pero también dentro claramente del capítulo de apuestas que no han respondido a las expectativas puede situarse al americano Brad Oleson. En la campaña 2007-08, se incorporaron al proyecto vitoriano hombres como James Singleton, Will McDonald o Simas Jasaitis que, pese a conseguir ganar la Liga a las órdenes de Neven Spahija, serán más recordados por los incidentes extradeportivos que protagonizaron que por su buen rendimiento sobre el parqué. El primero, además, se perdió prácticamente todo el ejercicio tras sufrir una grave lesión de rodilla en la Supercopa.
En ejercicios anteriores, también habían pasado por la disciplina azulgrana sin responder a lo que se esperaba de ellos jugadores como Kaya Peker, Fred House y Zoran Planinic (2006-07), Casey Jacobsen o Pedrag Drobnjak (2005-06) y Andrew Betts (2004-05) por citar únicamente algunos ejemplos. Bien es verdad que durante este tiempo también ha existido la otra cara de la moneda y el Baskonia ha puesto de manifiesto su tino en algunos fichajes (Huertas, Teletovic o San Emeterio son la demostración de esta puntería). En un momento en el que la crisis económica y la escasez del mercado lastran sus movimientos, Josean Querejeta está obligado a recalibrar a la perfección su punto de mira.