VITORIA. Tras un prolongado periodo para la incertidumbre en el que su futuro ha estado sujeto a todo tipo de especulaciones, la continuidad de Dusko Ivanovic al frente del Caja Laboral está a punto de concretarse. El técnico montenegrino, al que el irregular papel del equipo durante la última temporada había colocado en la diana de críticas feroces, verá renovada la confianza de las altas esferas de cara al próximo ejercicio después de que Josean Querejeta haya finalizado el tiempo para la reflexión tras la dolorosa eliminación liguera en semifinales ante el Barcelona.
El anuncio oficial de su permanencia como máxima cabeza visible azulgrana puede tener lugar este lunes, fecha escogida por el presidente para efectuar el pertinente balance de una campaña que ha dejado más sombras que luces. Tras meditar a fondo una decisión crucial para la configuración del próximo proyecto y sondear incluso otras posibilidades para poner fin al matrimonio más inquebrantable de la ACB durante la última década, el club ha optado finalmente por la idoneidad de mantener a una apuesta segura como Ivanovic en el banquillo en detrimento de iniciar un nuevo ciclo con otro técnico cuya llegada hubiese implicado muchos más riesgos. Si acepta las condiciones económicas posiblemente, a la baja tras los discretos resultados cosechados que le ofrecerá el lazkaoarra, se comprometerá sólo por espacio de una campaña más.
La gestión de la plantilla efectuada el pasado curso por Ivanovic no ha sido del agrado de los principales rectores azulgranas, que entienden que el de Bijelo Polje no ha sido capaz de extraer el máximo jugo a un grupo en el que varios costosos fichajes han pasado de puntillas. Y, tras casi una década de convivencia bajo un mismo techo, el desgaste en las relaciones con la cúpula también fue palpable. Por ello, Querejeta contempló seriamente la opción de afrontar un relevo en la dirección técnica, hizo oídos sordos a las llamadas del agente de Ivanovic en los últimos meses para negociar la renovación y ha agotado casi hasta el final el plazo límite que marca el contrato de su empleado para tomar una decisión.
Cambios a la vista Sin embargo, a favor de la continuidad de Ivanovic pesan en la balanza otros aspectos que el Baskonia ha tenido en cuenta. Ante la evidencia de que existen muy pocos entrenadores como el montenegrino conocedores de la filosofía azulgrana, que algunas alternativas sondeadas (Pesic) no han convencido del todo, que otras eran imposibles que vieran la luz (Messina) y que los precedentes de etapas anteriores (Maldonado, Martínez, Spahija, Perasovic...) no invitaban a correr riesgos, Querejeta ha interiorizado que el club vitoriano debe continuar en las mismas manos que hasta ahora.
Habrá que comprobar a medio-largo plazo, eso sí, si este clima de desconfianza hacia la figura del hombre que ha conducido dos Ligas y tres Copas del Rey hacia las vitrinas del Buesa Arena no pasa factura y constituye un buen síntoma para arrancar un nuevo proyecto donde, por motivos obvios, se debe efectuar una importante limpieza en el vestuario. Y es que resulta evidente que Ivanovic se ha mostrado impotente para domar a una plantilla que, a diferencia de años anteriores, no fue configurada a su imagen y semejanza.
Incapaz de inocular su mentalidad defensiva a un anárquico grupo de jugadores que no encajan con su ideario baloncestístico, la continuidad del preparador montenegrino acelerará cambios drásticos. Aunque la configuración del próximo proyecto está supeditada al marco de contratación, a nadie se le escapa que ciertos elementos como David Logan no casan con su mentalidad y, por tanto, se les buscará una salida. Con más de tres meses por delante hasta el comienzo de la nueva temporada y la posibilidad de hacer caja con varios jugadores, léase Teletovic o Barac, la puerta de salida está abierta para casi todo el mundo.
En cualquier caso, la casi segura continuidad de Ivanovic supone la rampa de lanzamiento para sentar las bases de un proyecto ambicioso que devuelva al Caja Laboral a la primera línea doméstica y continental. Aclamado por la grada en la recta final del último compromiso liguero, el montenegrino se mantiene como una figura emblemática que garantiza el cumplimiento de unos resultados. Y eso es un aval al que no se puede renunciar así como así.