Una semana después de la eliminación liguera ante el Barcelona, ¿qué balance realiza de la temporada recién finalizada?

Bueno, está claro que ha sido un año irregular desde el punto de vista colectivo. No hemos sabido asentarnos en cada competición. Cuando estábamos bien en la Euroliga, estábamos mal en la ACB y viceversa. El final ha terminado igual que como transcurrió toda la campaña, llegando a semifinales y sin poder aspirar a algo más. No hemos sido capaces de dar ese paso al frente para estar arriba del todo.

La inercia era tan negativa que desde el primer momento se vislumbró que era imposible cosechar algún éxito, ¿verdad?

Sí, es así. De los tres años que he estado en Vitoria, este último ha sido el peor en cuanto a resultados. No sabes a veces muy bien por qué y, aunque las cosas van mal y lo intentas remediar por todos los medios, no acabas de dar con la tecla. Entrando en el play off, se vio que no éramos capaces de ser sólidos y jugar bien.

Frente al Maccabi y el Barcelona, el equipo actuó al límite y con la lengua fuera. ¿Notó desde dentro esa sensación de impotencia?

Es obvio que esos dos conjuntos tienen mucha calidad, ya que disponen de doce jugadores muy buenos. Ante los israelíes, creo sinceramente que si hubiésemos ganado ese segundo encuentro que lo tuvimos en nuestro mano, habríamos alcanzado la Final Four. No pudimos lograrlo y allí nos resultó imposible el simple hecho de mantenernos vivos en el partido. Las segundas partes se nos hicieron largas. En la ACB, no llegamos en un buen estado de forma al play off. Frente al Gran Canaria, hicimos una buena eliminatoria, pero luego nunca acabamos de creernos que podríamos ganar al Barcelona. Y, cuando no te lo acabas de creer, pues pasa lo que pasó.

¿Se resume todo básicamente en que había mucho talento pero poco carácter dentro del grupo conformado para este curso?

No estoy de acuerdo con eso. Todos los jugadores teníamos carácter y, sobre todo, mostramos muchas ganas de reconducir la situación en momentos difíciles de la temporada. No sabes por qué, pero a veces hay ocasiones en las que no das con la tecla. Yo puedo asegurar que toda la plantilla y el cuerpo técnico ha dado el máximo por estar arriba y pelear por los títulos, pero no hemos sido capaces de conseguirlo.

El peso del equipo recayó en muy pocos jugadores y los fichajes tampoco ayudaron en exceso.

Eso va a suceder todos los años. En cada equipo hay unos referentes concretos, dos o tres jugadores que marcan la pauta y sobre los que gira el juego para que luego las restantes piezas sean un complemento. Es lo que ha pasado este año, pero estoy seguro de que volverá a pasar en el futuro. Otros equipos están en la misma tesitura que nosotros. Siempre hay dos o tres referentes y, a partir de ahí, se construye todo.

Dado que no se han cumplido las expectativas y el evidente descontento de las altas esferas, ¿cree que el nuevo proyecto del Baskonia debe experimentar cambios?

Sí, imagino que será como todos los veranos. Seguramente habrá noticias de altas y bajas, pero yo ahí no me puedo meter porque son valoraciones que debe efectuar el club. En mi caso, estoy muy contento aquí y espero cumplir el contrato que acabo de firmar.

Usted parece uno de los pocos que tiene claro su futuro, ¿no?

Yo estoy totalmente confiado en que seguiré en el Caja Laboral. No creo que sea insustituible, porque de aquí se han ido grandes jugadores que el club ha podido reemplazar con acierto. Estoy encantado en Vitoria y quiero cumplir el contrato. Firmé totalmente convencido en su día con el Baskonia. Evidentemente, éste es un mundo en el que puede pasar de todo de un día para otro, pero creo que las dos partes estamos convencidas de continuar unidas.

El gran dilema está centrado en Ivanovic, al que se le debe comunicar en breve la decisión. ¿Aboga por su continuidad en tierras alavesas?

La verdad es que con Dusko he aprendido muchísimo a lo largo de estos tres años. Es una decisión que corresponde al club. Sea lo que sea, ya he dicho en alguna otra ocasión que Ivanovic ha hecho mucho por este club, le ha conducido hacia cotas impensables y hacia títulos que antes nunca se habían conseguido. También ha clasificado al equipo para la Final Four y, por tanto, creo que su decisión o lo que pase con su futuro debe ser respetado. Personalmente, estaría encantado de trabajar con él uno, dos o tres años.

Con sus virtudes y sus defectos, es un técnico honrado al que no se le puede reprochar nada.

Por descontado. Es un profesional de los pies a la cabeza. Es un entrenador que lleva muchos años en el Baskonia y que ha justificado lo que es. Este año también ha demostrado mucha profesionalidad e intentó ayudar en todo momento, aunque al final no pudimos conquistar títulos.

¿Compensa el mal sabor de boca que ha dejado el curso recién finalizado la retahíla de premios y nominaciones individuales recibidas?

La verdad es que hubiese cambiado, sin duda, todos esos MVP por haber ganado un título. No habiendo sido eso posible, no voy a negar tampoco que ha sido una buena campaña para mí y que estoy contento con el trabajo realizado.

Ha disputado muchísimos minutos por la escasa pujanza de Nemanja Bjelica. ¿Se ha sentido en algún momento vacío de fuerzas?

Puede ser, pero no sé si era por el cansancio. Quizá haya picos en la temporada en los que estás en mejor momento de forma que en otros. Es cierto que en el play off por el título no me encontraba al cien por cien, pero no pongo excusas. Es lo que hay y a mí desde siempre me ha gustado jugar muchos minutos. Ha sido así desde el principio de mi carrera e intento dar el máximo en los entrenamientos de cara a poder responder luego en los encuentros.

Scariolo dará en breve la lista para el Europeo de Lituania. ¿Siente que estará en ella?

No puedo valorar si será una decepción la posibilidad de quedarme fuera. Lógicamente, me hace muchísima ilusión el poder ir y formar parte del grupo que el año pasado acudió al Mundial. Todo lo que se ve desde fuera se confirma cuando estás dentro. Tengo mucha ilusión de ganar este Europeo si Sergio cuanta finalmente conmigo.