MACCABI TEL AVIV Pargo (13), Eliyahu (1), Pnini (14), Eidson (19) y Schortsanitis (16) -equipo inicial-, Hendrix (6), Sharp (3), Blu (10), Burstein y Macvan.

REAL MADRID Tomic (17), Prigioni (9), Reyes (15), Suárez (8) y Llull (9) -equipo inicial-, Mirotic, Rodríguez, Fischer (2) y Tucker (3).

Parciales 14-12, 18-17, 23-18, 27-16.

Árbitros Luigi Lamonica (ITA), Christos Christodoulou (GRE) y Zoran Sutulovic (MNE). Sin eliminados.

Pabellón Palau Sant Jordi de Barcelona, ante 16.008 espectaores.

barcelona. El Real Madrid se quedó sin final, y sin posibilidad de engrandecer su palmarés, al perder con el Maccabi Tel Aviv por 82-63, tras un partido que dominaron los israelíes y en el que los españoles acabaron desfondados en su regreso a la élite tras quince años de ausencia.

El Real Madrid salió con la lección aprendida, fuerte atrás y concentrado, sabedor que un flojo inicio podía condenarle a las primeras de cambio. Tomic, además, supo jugarle los primeros balones al pívot griego del Maccabi Schortsanitis alejándose un par de metros del aro y saliendo de su zona de influencia. Lo único malo del inicio fueron las dos personales de Prigioni en apenas tres minutos y medio y los malos porcentajes de tiro.

Pero en el segundo acto continuaron los problemas, el tercer triple, sin fallo de Pnini, disparó el marcador a un 20-14, que se convirtió de inmediato en un 22-14 que hizo que se encendieran todas las alarmas y que Lele Molin, entrenador del Real Madrid, pidiera tiempo muerto.

El Madrid reaccionó de inmediato apretando en defensa y anotando Prigioni dos triples que ayudaron a igualar el marcador a 24 apenas tres minutos y medio después.

Al descanso se llegó con el partido igualado, un 32-29 para el Maccabi, y la sensación de que Schortsanitis dominaba el aro, pero que el equipo español con paciencia podía romper las defensas del Maccabi, tanto las individuales con muchas ayudas, como las de zona o falsa zona, que continumente emplearon.

Felipe Reyes con su trabajo y anotación, junto a Tomic y Prigioni consiguieron sostener a su equipo en el marcador, mientras que los demás apenas vieron aro.

En el inicio del tercer periodo llegó el segundo jaque macabeo al Madrid y al partido tras adelantarse 40-32 (min.32). Llull y Prigioni con sendos triples mitigaron la urgencia, pero el Madrid estaba falto de una fuente constante de puntos, mientras Pargo fue en esos momentos el principal peligro del Maccabi.

El gran trabajo de Reyes en defensa no fue suficiente para dar la seguridad necesaria a los francotiradores madridistas y el juego interior cada vez se puso más caro, sobre todo si Schortsanitis se encontraba en pista. A dos minutos para el final del cuarto volvió el peligro, 49-41 y más cuando Fischer cometió un error infantil, perdió un pase claro y cometió falta sobre la canasta macabea, 53-43. Al final de los primeros 30 minutos de juego el marcador se le ponía feo al representante del baloncesto español, 55-47.

Con el 60-47, minuto 31, el Madrid comenzó a convencerse de que la final se alejaba demasiado. No encontró otra opción que los lanzamientos triples. Pero su falta de acierto le condenó y se quedó sin nada. Recibió una diferencia de puntos exagerada para sus méritos y deméritos.