Vitoria. Hace tiempo que el Baskonia asumió que los dos primeros puestos de la clasificación acabarían perteneciendo a Barcelona y Real Madrid al final de la fase regular. Despojado de la constancia necesaria para mantener un encefalograma estable desde principios de temporada, el conjunto azulgrana ha acabado aceptando que en este tramos final de competición, al menos antes de que lleguen los play off, su objetivo pasa por recomponer las piezas cuyas intermitencia ha lastrado al equipo los últimos meses y preparar con serenidad la reválida de un título que se anticipa más duro que nunca. Por eso, después de tres semanas en las que Dusko Ivanovic ha contado con al menos cinco días seguidos para entrenar y preparar un único partido, el Real Madrid se anticipa como la mejor piedra de toque imaginable (mañana, 18.00 horas, Teledeporte) para comprobar hasta qué punto la aparente evolución del equipo vitoriano es realidad o ensoñación.
El Madrid, más pendiente de su semifinal contra el Maccabi del 6 de mayo, centrado casi exclusivamente en tomar de nuevo las riendas de su historia europea -llevaba quince años sin estar presente en una Final Four-, será el encargado de medir la recuperación de un Caja Laboral que ahora centra sus esfuerzos en el fichaje del ansiado refuerzo para la pintura.
llull fuera y prigioni duda La escuadra que Lele Molin ha reconducido con éxito, apartándose a un lado para que sean los jugadores blancos los encargados de decidir su destino, mantiene la única duda del exbaskonista Pablo Prigioni por culpa de una pubalgia que le obligó a perderse el encuentro de la pasada jornada ante el CAI Zaragoza, que acabó con derrota blanca. Sergio Llull, todavía recuperándose de una rotura fibrilar en la pierna izquierda, está totalmente descartado.