vitoria. Mientras el club no diga lo contrario en forma de adquisición de otro nombre más rutilante, Dejan Musli puede convertirse en el sorprendente e inesperado refuerzo del Baskonia para la zona en este tramo final de la temporada. Las lesiones de Pape Sow y Nemanja Bjelica, así como los problemas físicos que arrastra Stanko Barac en su rodilla derecha, han motivado su alta en la ACB y su participación en los dos últimos duelos ante el Menorca y el Estudiantes.

Frustrada su cesión al Fabi Shoes Montegranaro italiano por culpa de unas extrañas fiebres, la joven promesa balcánica espera disfrutar de un mayor protagonismo a las órdenes de Ivanovic. "En el último partido jugué muchos minutos y me siento fenomenal. Dusko me dio la oportunidad de jugar y creo que la aproveché bien. No sé si el entrenador me dará continuidad en los próximos encuentros, es algo que sólo depende de él", admitió ayer tras el entrenamiento matinal.

En su primera campaña fuera de su país natal, Musli ha vivido una dura aclimatación a una nueva realidad baloncestística. Su bisoñez le borró rápidamente de los planes del técnico montenegrino, que le convirtió en una figura residual en los albores de curso acelerándose su cesión a otro país. El Baskonia creyó encontrar en un modesto de la Lega italiana el lugar ideal para que se fogueara y dispusiera de los imprescindibles minutos para crecer como baloncestista. Sin embargo, una misteriosa fiebre le acaba de traer de vuelta a la capital alavesa. "Tuve muy mala suerte allí. Necesitaba jugar y, por eso, decidimos que fuera allí porque sólo tengo 20 años. Tras entrenar durante unas dos semanas, me puse enfermo. Está siendo una difícil temporada en todos los sentidos", resumió una de las grandes esperanzas del baskonismo, reclutada el pasado verano por Josean Querejeta para los próximos cinco años procedente del FMP Zeleznik.

A corto plazo, todo hace indicar que Musli concluirá la temporada en la capital alavesa, ya sea jugando en el primer equipo o simplemente participando en las sesiones preparatorias. Así lo dejó entrever el propio jugador, que tiene claras sus preferencias. "Debo trabajar duro porque soy un jugador joven. El mejor club de Europa para que yo esté en él es el Baskonia. Sólo queda un mes para que termine la temporada, no es mucho tiempo para que me busquen otra cesión. No puedo ir a otro club de la ACB y en otros países la campaña finaliza en veinte día o un mes", corroboró.

Ambicioso y sin un ápice de conformismo, el cinco nacido en Prizren desmintió estar falto de ritmo pese a sus contadas apariciones en partidos oficiales. "Me siento bien. Llevo varios días entrenando con Dusko y estoy en buena forma", concluyó en un inglés bastante mejorado respecto al de su primer día como nuevo jugador azulgrana.