Fuenlabrada. Cuando el Caja Laboral parecía haber recobrado la fe y la ilusión de cara a su rehabilitación definitiva en una campaña en la que no encuentra el norte, el Fuenlabrada le devolvió ayer a la cruda realidad de su terrorífica fragilidad. Como en Sevilla, Alicante o Valladolid, testigos en el pasado de delirantes desfallecimientos del vigente monarca liguero, la abúlica tropa vitoriana se diluyó como la gaseosa tras una prometedora puesta en escena que amagó con suponer el adiós a la tortuosa trayectoria a domicilio de los últimos tiempos. La octava cornada en los últimos nueve partidos y la desoladora sensación de que los viejos vicios son incapaces de ser desterrados.

Ficha técnica:

84 - Baloncesto Fuenlabrada (15+22+34+13): Colom (5), Kus (6), Rabaseda (14), Ayón (16) y Guardia (6) -cinco inicial-, Mainoldi (14), Laviña (5), Valters (8), Biyombo (8) y Cortaberría (2).

68 - Caja Laboral de Vitoria (25+13+7+23): Huertas (6), Oleson (7), San Emeterio (6), Teletovic (18) y Barac (12) -cinco inicial-, Ribas (5), Logan (6), Perovic (7), Batista (4) y Bjelica (4).

Árbitros: Pizarro, Murgui y Calatrava.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésima quinta jornada de la Liga ACB disputado en el pabellón 'Fernando Martín' de Fuenlabrada (Madrid) ante 5.136 espectadores. El pívot uruguayo Esteban Batista fue homenajeado, al igual que Brad Oleson, otro ex de Fuenlabrada, por los aficionados que disfrutaban de su juego hace poco más de dos meses. El charrúa no tuvo una buena actuación. Los espectadores pidieron, como el pasado sábado ante el Barcelona, que sus jugadores salieran del vestuario a saludar tras concluir el partido.