Fuera del Fernando Buesa Arena, el Caja Laboral ha cogido la costumbre de arrugarse y descender numerosos enteros su ya de por sí irregular rendimiento colectivo. Si al amparo de su aficionados el equipo de Dusko Ivanovic puede disimular casi siempre sus imperfecciones inherentes a estas alturas de temporada y la inconsistencia de su baloncesto llega incluso a quedar relegada a un segundo plano, cada vez que debe hacer las maletas sale a relucir su debilidad mental y la falta de carácter para solventar ciertas situaciones límite que han generado varios finales al filo de la navaja.
Sorprende que un cuadro como el azulgrana, con numerosas cicatrices en el cuerpo y acostumbrado a desenvolverse en todo tipo de ambientes tras pisar durante las últimas temporadas las canchas más calientes del Viejo Continente, esté siendo incapaz de acreditar ciertas dosis de oficio y adolezca de instinto asesino para plasmar su trabajo anterior. Su errática trayectoria liguera en el presente campaña tiene básicamente su génesis en los pésimos resultados que está cosechando últimamente fuera de su trinchera.
De hecho, la de ayer en Las Palmas fue la sexta derrota azulgrana en las últimas siete salidas, un dato sintomático que le coloca al nivel de los conjuntos más frágiles de la competición. Antes de que mordiera el polvo en tierras insulares, el Baskonia mostró su vulnerabilidad en la pista del Cajasol (91-71), Bilbao Basket (99-95), Estudiantes (72-70), Valladolid (78-64), Meridiano Alicante (88-68). Durante todo este intervalo de tiempo, los alaveses únicamente consiguieron arrancar una sonrisa de sus seguidores en el derbi ante el Lagun Aro (80-83).
En realidad, desde el arranque de la temporada las dificultades para actuar lejos del recinto vitoriano son evidentes. La primera salida a Málaga se saldó con una clara derrota (76-69). Posteriormente, el Baskonia sumó un agónico triunfo en Granada ante el colista (81-85) tras una remontada in extremis en el último cuarto y aprovechó el atasco ofensivo del Power Valencia en el último cuarto -sólo 2 puntos- para sumar un triunfo de calidad ante un rival directo. Sólo en Zaragoza disfrutó de una plácida matinal (70-84) ante un anfitrión maño muy inferior desde el salto inicial.