vitoria. El Baskonia regresa al paraíso de la ACB, el territorio donde mejor se desenvuelve, camina esta temporada con paso firme tras encadenar seis victorias consecutivas y puede disimular sus carencias estructurales. Si en la Euroliga es un colectivo dubitativo que purga su debilidad interior, a nivel doméstico muy pocos rivales son capaces de discutir su poderío.
Una semana después de encaramarse al liderato tras su épica reacción ante el Barcelona, aterriza, a priori, en el Buesa Arena un forastero propicio para seguir engordando el casillero de triunfos. El modesto Menorca Basquet, inédito todavía a domicilio y con la vitola de recién ascendido, está condenado a pagar los platos rotos por la dolorosa derrota encajada el jueves en La Mano de Elías que añade más sombras respecto a la clasificación azulgrana para el Top 16.
Entre el previsible ansia de redención local, que el recinto vitoriano nunca es propensO a sorpresas desagradables ante adversarios de la zona media-baja de la tabla y las limitaciones del conjunto balear, engendrado únicamente para mantener la categoría, el uno aparece como un resultado fijo en todas las quinielas. Sin embargo, la matinal presenta otros alicientes más allá de la previsible victoria final, que en condiciones normales debería sellarse con cierta suficiencia.
Y es que se antoja una ocasión propicia para que varios integrantes azulgranas empiecen a remontar el vuelo y otorguen a Ivanovic la confianza necesaria para poder erigirse en pilares sólidos en un futuro no muy lejano. Es el caso de Bjelica, Haislip, Ribas o Logan, cuyo bajón en los últimos tiempos es más que notable. Dentro de esta lista de damnificados no figura un Dejan Musli relegado al ostracismo y que, de momento, continúa sin entrar en los planes del técnico montenegrino.
Con una espina dorsal muy definida pero huérfano de la mordiente de las caras nuevas del pasado verano, el Caja Laboral se halla incapacitado para lograr la solidez soñada. Especialmente sangrante es el absentismo del alero serbio y del ala-pívot estadounidense. El primero apenas ha dejado hasta la fecha destellos de la calidad que se le presupone en la remontada de Valencia, mientras que el segundo sigue lastrado por un precario tono físico derivado de sus lesiones anteriores.
La sideral distancia entre ambos equipos se refleja en el bagaje anotador. Mientras el combinado alavés lidera este apartado con casi 84 puntos de promedio, el Menorca es uno de los más débiles de la competición con poco más de 66 por choque. Y todo ello pese a contar con el estelar Jakim Donaldson, una de las sensaciones ligueras en estos primeros meses tras deslumbrar el pasado curso en la Adecco LEB Oro.