vitoria. Si otro acontecimiento ha marcado el devenir del Baskonia en el año 2009, éste no ha sido otro que la marcha del patrocinador principal del equipo durante el pasado verano. Sacudida por la grave crisis económica mundial e inmersa en varios Expedientes de Regulación de Empleo que han implicado el despido de centenares de trabajadores, Taulell dijo basta y decidió poner fin a 22 años de idílico matrimonio ante la imposibilidad de seguir cumpliendo los compromisos adquiridos.

La ruptura entre el Baskonia y la empresa de cerámica levantina, concretada a finales de julio pero que ya flotaba en el ambiente desde hacía tiempo, constituyó el fin al patrocinio más longevo de la ACB. Bajo su manto protector, el conjunto vitoriano se consolidó en la élite del baloncesto nacional y europeo con trece títulos sumados (dos Ligas ACB, seis Copas del Rey, cuatro Supercopas y una Copa Saporta, además de dos finales de Euroliga disputadas y otras tres presencias en la Final Four).

Desde que unieron sus lazos allá por 1987, se trataba de un matrimonio inquebrantable al que nadie auguraba un final. Sin embargo, éste llegó y, lógicamente, Josean Querejeta movió los hilos en la sombra para que el proyecto baskonista no se tambaleara y encontrara el respaldo necesario de otra marca igual de prestigiosa. El Baskonia, cotizado como pocos y a diferencia de otros equipos de la ACB, halló muchos pretendientes dispuestos a manchar su camiseta.

Tras unas rápidas negociaciones, apareció el nombre de Caja Laboral, una de las entidades de ahorro más importantes del País Vasco con la que se ha alcanzado un acuerdo para las próximas cuatro temporadas. Si bien ha costado lo suyo familiarizarse con el nuevo nombre y más de uno sigue llamando TAU al cuadro de Dusko Ivanovic, ya es un hecho que las relaciones entre ambas partes marchan viento en popa y dicho acuerdo puede prorrogarse en el futuro.

Para la entidad azulgrana, este cambio ha supuesto un salto cualitativo. La inyección económica que aportaba Taulell -un mínimo de 1,5 millones de euros que podía ampliarse hasta los 2 en función de variables por los títulos conseguidos- se había quedado algo pequeña. Para reclutar a las grandes figuras de la canasta y seguir codeándose con los clubes más importantes de Europa, Querejeta necesitaba mantener, como mínimo, el status.