La ciudad romana de Iruña-Veleia se convertirá en un yacimiento escuela y laboratorio de prácticas en investigación y conservación del patrimonio histórico-arqueológico en los próximos años. Superadas diversas dificultades en los últimos años, un nuevo proyecto de revitalización y desarrollo del lugar pondrá en valor uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del conjunto del Estado.

Así lo explicó ayer la diputada foral de Cultura y Deporte, Ana del Val, en la Comisión de Juntas Generales donde presentó el Proyecto de revitalización y desarrollo de Iruña-Veleia 2022-2025, “con el claro ánimo de establecer una estrategia de acción futura a corto, medio y largo plazo y con ello, abrir un nuevo tiempo para la ciudad romana que la sitúe como uno de los elementos más importantes de proyección de Álava, y cuyos detalles -señaló Del Val- se están terminando de definir con el Gobierno Vasco, que va a destinar una importante cantidad de los fondos culturales Next Generation y sin cuya participación no sería posible realizar este salto cualitativo y cuantitativo”.

Para acometerlo de la mejor forma posible, los próximos trabajos se han diseñado en tres fases temporales. A corto plazo (2022 y parte de 2023 con financiación consolidada), a medio plazo (hasta 2025 con financiación que se consolidará antes de fin de año) y por último el diseño de un plan a largo plazo (2025-2035).

La razón por la que se ha proyectado de esta forma es “fruto de la experiencia anterior. Hemos preferido diseñar un proyecto de objetivos concretos en un periodo más corto en comparación con el anterior, que sirva de transición hacia un horizonte claro y cercano (2025) en el que, entonces sí, se pueda estar en condiciones óptimas para poder tomar decisiones más estables y a largo plazo, al haber realizado algunas inversiones iniciales, así como haber digerido las conclusiones científicas del plan director”, informó Del Val.

La diputada repasó someramente los orígenes y dificultades que han rodeado la recuperación de esta ciudad romana. Así, el 5 de noviembre de 2009, hace ya más de doce años, se suscribió un convenio de colaboración entre la entonces titular del Departamento de Euskera, Cultura y Deportes de la Diputación Foral de Álava y el vicerrector de Investigación de la UPV para redactar un plan director de Iruña-Veleia que determinara las acciones a desarrollar en el yacimiento durante los siguientes diez años.

Después llegaron los problemas de los grafitos, que Del Val dijo no querer entrar a valorar, y a ello se añadieron “la primera crisis económica, la de la austeridad, que estalló y se hizo evidente con toda su virulencia justo cuando el plan director arrancaba, lo que obligó a realizar importantes reducciones en las previsiones económicas iniciales”. Tampoco se deben olvidar las injustas presiones a las que fue sometido el equipo de trabajo, en ocasiones rozando el acoso, por parte de los grupos contrarios a las medidas adoptadas desde la Diputación. Y, finalmente, los ocasionados por el covid-19. A continuación la diputada cedió la palabra al jefe del Servicio de Museos y Arqueología, Javier Fernández Bordegarai, que detalló exhaustivamente los contenidos de todos los trabajos que se han ido realizando en estos años, los descubrimientos, las interpretaciones y otros aspectos, que dan una imagen muy real de cómo era la ciudad, como vivían sus habitantes, sus costumbres y las dificultades que atravesaron.

Con ese bagaje de información la diputada pasó a detallar los objetivos no de un plan director, sino de un proyecto de rescate y puesta en valor de Iruña Veleia. Los objetivos que persigue el plan son tres: investigación científica en patrimonio cultural, turismo cultural de calidad, y generación de valor y retorno social. Para conseguirlos, se han diseñado cinco ejes de actuación.

Por una parte, investigación para dar continuidad a los trabajos de investigación arqueológica en el yacimiento. Para ello es necesario un proyecto de investigación adecuado, bien definido y sustentado por un equipo multidisciplinar, amplio y competente, y también es necesario reforzar el conocimiento sobre Iruña-Veleia, para lo que se realizará un proyecto de prospecciones geofísicas intensivas.

Otro de los ejes pasará por la conservación. En ese sentido, se dará prioridad a la conservación y restauración de las estructuras arqueológicas, se actuará en la muralla y se consolidarán zonas del interior del oppidum.

El tercer eje pasa por la interpretación. Para ello se construirá un nuevo centro de acogida de visitantes. Un edificio modular ampliable con espacio de acogida y servicios más adecuado y amplio y un lugar para laboratorio de investigación arqueológica. Además, habrá un diseño nuevo del entorno. En este eje, está creada ya una app móvil de reconstrucción virtual y se crearán otros recursos interpretativos.

El cuarto punto pasará por la difusión y programa social: dar a conocer el yacimiento entre el público más general convirtiéndolo en un recurso turístico cultural relevante y de calidad, por otra parte, mayor integración del yacimiento con su entorno, generando conocimiento y propiciando conductas positivas de apreciación del patrimonio local. Por lo tanto, se trabajará en el desarrollo de imagen de marca, planificación de la comunicación, puesta en marcha de acciones y contacto con instituciones locales y ciudadanía del entorno.

El quinto eje será el de planificación del proyecto de investigación 2025-2035: El objetivo de las acciones a corto y medio plazo permitirá diseñar durante ese tiempo “para comenzar a ejecutar en 2025” un proyecto de investigación científica en patrimonio cultural de envergadura.

Ana del Val detalló que hasta ahora, en los últimos 12 años, se han invertido 2,3 millones de euros. Sólo este año, aunque parte se ejecutará también durante 2023, se van a invertir 1,15 millones de euros “es el 50% de lo invertido en los últimos 12 años. No ha habido nunca tal inversión, por lo que tenemos una gran oportunidad”. Son fondos que han llegado de la colaboración y coordinación entre instituciones. Y es que 900.000 euros, provienen de la cuota cultural del Gobierno Vasco de los Fondos Next Generation UE, 150.000 euros como aportación directa del Departamento vasco de Cultura y Política Lingüística, y 100.000 euros de aportación foral.

Por esa razón la responsable foral mostró “mi agradecimiento al Gobierno Vasco, con quienes todavía estamos terminando de definir detalles, sin cuya aportación no sería posible realizar este salto cualitativo y cuantitativo” ha destacado Del Val, quien ha informado que además se prevé cerrar este año la inversión hasta 2025. l