El santuario de Estíbaliz se quedará vacío el próximo 12 de septiembre cuando, tras 99 años, los monjes benedictinos que han ocupado el recinto hasta la fecha se despidan de allí para siempre.

La comunidad benedictina, que llegó en 1923 al cerro de Estíbaliz, dirá así adiós a una etapa "llena de oraciones, devoción mariana y acogida" a cuantos peregrinos y peregrinas han pasado por su casa a través de la ruta alavesa del Camino de Santiago. La razón, la avanzada edad de los tres monjes que todavía residen entre sus paredes y la falta de relevo dentro de la congregación.

Desde que conocieron la decisión de abandonar el santuario, en el obispado de Vitoria vienen trabajando en la búsqueda de una nueva comunidad que releve a la actual, y según ha informado este lunes el propio obispo, Juan Carlos Elizalde, en una entrevista en Radio Vitoria, dos son las congregaciones que podrían acabar recalando en Estíbaliz. Ambas, por cierto, de monjas. Se trata, por un lado, de la orden de las Clarisas Capuchinas, y por otro de las Hermanas de Maria Stella Matutina.

Familias y particulares

"Querríamos que fuera una comunidad monacal la que sustituya a los benedictinos, para que ese matiz y estilo que han impreso en Estibaliz pudiera continuar. Dos órdenes masculinas nos han dicho que no y estamos pendientes de dos órdenes femeninas, que vendrían en principio de Italia y Francia", ha explicado Elizalde.

De cualquier forma, el obispo de Vitoria tampoco ha descartado que, de no llegar finalmente ninguna de estas dos congregaciones, puedan hacerlo "familias y particulares", aunque reconoce que el santuario de Estíbaliz es "una perita en dulce para quien tiene vocaciones un santuario de la Virgen Románico, el alma de Álava y de la Diócesis". Por eso, la primera opción es dar "con un perfil monacal", aunque ahora la pelota está en el tejado de las Clarisas y las Hermanas de Maria Stella Matutina.