- “Hoy se nos ha ido Luis Mari. Nuestras condolencias más sentidas a toda su familia. ¡Hasta siempre compañero!”, se despiden los Celedones de Oro. El fallecimiento de Luis Mari Sánchez Iñigo, el último del grupo que consiguió el galardón en 1974, ha conmocionado a la sociedad vitoriana. “Una gran pérdida, era una persona entrañable”, manifiesta Gorka Ortiz de Urbina que, aunque no tenía una relación demasiado estrecha, sí que le conocía y compartió momentos con Luis Mari, siempre al tanto de todo lo relacionado con Celedón y las fiestas de Gasteiz.

“Luis Mari y el resto de amigos que crearon la figura de Celedón no imaginaron todo lo que han aportado al sentimiento de pertenencia, de comunidad y de orgullo gasteiztarra”, ensalza el alcalde de Vitoria. “Encomiable su compromiso político en los tiempos del franquismo que, incluso, le llevó al exilio. Tras su larga vida, nos deja un manual de buenas prácticas para las generaciones presentes y futuras”, añade Gorka Urtaran, cuya familia mantiene una relación estrecha con la de Luis Mari.

En similares términos se pronuncia el diputado general de Álava. “Nos ha dejado Luis Mari Sánchez Iñigo, creador de Celedón, referente del nacionalismo vasco en Araba en los tiempos más difíciles, padre de una saga que tanto ha dado a la sociedad alavesa... Una gran pérdida. Un abrazo my fuerte para toda la familia. Goian bego”, lamenta Ramiro González.

Y es que, fue una cuadrilla de nueve gasteiztarras la que promovió la primera bajada de Celedón desde la torre de San Miguel el 4 de agosto de 1957. Aquel grupo promotor estaba integrado por Javier Azpiazu, Jose Luis Isasi, Jesús Jiménez, Mario López de Guereña, Amado López de Ipiña, José Luis Madinaveitia, José Pérez de San Román, Luis Mari Sánchez Iñigo y Jose Mari Sedano.

Corría el año 1957. Eran las fechas inmediatamente anteriores al día del txupinazo. En una de las emisiones del programa Gasteiz de Radio Vitoria, que habitualmente realizaban Jose Mari Sedano y Javier Azpiazu, se anunció la posibilidad de que esa tarde del 4 de agosto se produjera alguna sorpresa, recuerdan los Celedones de Oro.

Era esta una referencia velada al primer descenso del muñeco de Celedón, preparado sigilosamente por un grupo de nueve personas, entre las que se hallaban Azpiazu y Sedano, iniciadores de la idea. Sólo este grupo, el presidente de la Comisión de Festejos, Félix Uribe Echevarria, y el alcalde, Luis Ibarra, conocían el secreto. El cable se rompió y el muñeco se estrelló en su primer descenso”, rememoran. Ese mismo 4 de agosto de 1957, a las cinco de la tarde, el coche de Luis Mari Sánchez Iñigo, un Seat, sirvió para trasladar el muñeco Pepito desde la tienda de muebles de Madinaveitia hasta la parroquia de San Miguel.

Luis Mari, aparejador, que junto a su colega Mario López de Guereña planteó cómo desarrollar técnicamente la bajada del Celedón, estaba exiliado en Francia cuando, diecisiete años después, su mujer Begoña recogió el premio en la campa de Olarizu.

Sánchez Iñigo nació el 25 de septiembre de 1927 en la calle Rioja y dedicó toda su vida laboral a la construcción. A finales de los años sesenta formó parte del Euskadi Buru Batzar. Tras pasar un tiempo en prisión, tuvo que exiliarse a Francia. Allí vivió hasta la muerte de Franco. En 1982 consiguió una plaza en el Ayuntamiento, desde donde contribuyó a poner en marcha el Plan de Rehabilitación del Centro Histórico de Vitoria.