Huyen de la guerra, de los conflictos armados, de las persecuciones, del hambre y de la muerte. Y llegan a Álava en busca de asilo y refugio, pero también para labrarse un futuro con esperanza. Según explica la Delegación del Gobierno en Euskadi, son 85 las personas que en las últimas semanas han huido y abandonado su país de origen, Afganistán, y que han llegado a la Comunidad Autónoma Vasca en busca de ayuda. De ese número de refugiados, 33 han pedido la ayuda de socorro en Álava. Organizaciones sin ánimo de lucro, como Cruz Roja o Accem, están inmersas en el apoyo a estas personas migrantes, siendo una ayuda y recursos financiados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migración del Gobierno estatal. "Estamos trabajando con mucho empeño para que los refugiados llegados de Afganistán puedan construir su futuro en Vitoria, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Miren Leiceaga, responsable de Accem Vitoria.

Ayudar a las familias que abandonan sus hogares y sus países por miedo a los conflictos armados no es un trabajo sencillo. Según explica Miren Leiceaga, llegan con miedo, llenos de angustia e inician una fase para superar un duelo que cuesta meses, incluso años, superar. Pero son muestra del ejemplo de superación, añade: "Es increíble lo rápido que son capaces de aprender incluso el idioma. En el caso de los niños todavía me sorprende más; son escolarizados y en poco tiempo son capaces de aprender el castellano y el euskera".

En concreto, estas ocho personas que han llegado a Accem (dos familias: una de seis miembros y un matrimonio) han comenzado desde cero con esta ONG. Llegan a Gasteiz desorientados, sin saber dónde vivir, cómo comunicarse con los ciudadanos y con las instituciones, dónde hacer la compra, cómo pedir ayuda económica o cómo buscar trabajo. Y son los once profesionales que componen el equipo de Accem los encargados de ayudarles a construirse el futuro. Se les ofrece una residencia de acogida, se les ayuda con clases de español, se escolariza a los menores, se ofrece apoyo jurídico y también psicológico y se acompaña, al menos, durante 18 meses hasta que se garantiza que saben continuar sin más ayuda necesaria a su entorno.

"Es un trabajo complicado, llegan en situación de estrés y desesperación, pero les ayudamos en todas las facetas", explica Leiceaga. De hecho, para ofrecer esta ayuda tienen diferentes proyectos y en todos ellos atienden las necesidades básicas de las personas más necesitadas. Así, cuentan con proyectos para ayudar a satisfacer las necesidades más urgentes y básicas de la población en situación de pobreza, como son la alimentación, la higiene y la ropa. Sin embargo, trabajan siempre con la perspectiva de ofrecer una atención integral encaminada a la recuperación y la autonomía de la persona.

"Es importante tener claro siempre que las personas que llegan a Vitoria llegan porque abandonan un lugar que debería protegerles, pero donde no se les ofrece ni protección. Estas personas no tenían garantizada la protección y la seguridad y la han tenido que buscar en otro lugar", explica. Y añade: "Salen de manera tan dolorosa que es complicado trabajar todas esas emociones y empezar una vida desde cero, por eso es importante la acogida y la ayuda que necesitan recibir".

Actualmente, los refugiados llegados a Araba, y concretamente a Accem, se encuentran en el proceso de aprendizaje del idioma y son cobijados por las residencias de urgencia y acogida que dispone esta organización. Durante los seis primeros meses tras su llegada no podrán trabajar, pero pasado ese tiempo obtendrán el permiso para poder emplearse. Hasta entonces, pasan por diferentes fases de aprendizaje que fomentarán su autonomía posterior.

"Lo primero que trabajamos es el tema sanitario. Les ofrecemos una atención sanitaria prioritaria para saber que se encuentran en perfecto estado o si, por el contrario, necesitan algún tratamiento o ayuda específica", dice.

Una vez garantizada la sanidad, el siguiente paso es poner en marcha todos los trámites necesarios para solicitar el asilo. "Reciben un asesoramiento jurídico para ayudarles en todo ese trámite", concreta. Además, simultáneamente y durante varios meses, reciben también cursos para poder ir formándose: "Afortunadamente, nuestro grado de inserción laboral suele ser bastante alto y, pasados los meses que necesitan, los refugiados encuentran salidas laborales".Equipo de trabajo

Accem está presente en trece comunidades autónomas y en un total de 39 municipios de todo el Estado. Participan en más de un centenar de redes y espacios de colaboración con instituciones y entidades sociales. "Pero nuestro principal valor es el capital humano que sostiene la organización". En Vitoria son once las personas que ayudan a los inmigrantes y refugiados en todas sus necesidades vitales, pero a nivel estatal este número ronda los 1.600 profesionales que integran este equipo especializado e interdisciplinar. La diversidad empieza por el propio equipo, construido por más de 40 nacionalidades. Se trata de una organización sin ánimo de lucro, apartidista y que trabaja para "mejorar las condiciones de vida de las personas en situación de vulnerabilidad". "Defendemos la igualdad de derechos, deberes y oportunidades para todas las personas, con independencia de su origen, género, origen nacional, étnico u orientación sexual".