A finales del pasado mayo el hotel-restaurante Arcos de Quejana, en Ayala, inauguró La robleda de los sueños. Un auténtico bosque mágico impulsado desde el establecimiento para celebrar su 25 aniversario (cumplido en 2020), en tanto en cuanto aúna arte, naturaleza y solidaridad. De hecho, se trata de la obra de 25 reconocidos pintores y pintoras nacionales sobre la corteza de sendos robles, casi centenarios, a cuyos pies reposa una placa con el nombre de la ONG que apadrina, y que llegaba con el objetivo de convertirse en un nuevo reclamo turístico para el Valle de Ayala, y todo apunta a que así ha sido.

No en vano, tras la demanda de visitas que está recibiendo, su promotor y comisaria, Ángel San Mamed y Sonia García, han optado por ampliar el horario creando dos turnos de 12.00 y 17.00 horas, cada domingo, ya que las visitas de lunes a sábado son solo para grupos y con cita previa, llamando al teléfono 945 39 93 20. Por lo que respecta al precio de las entradas, es de 2,50 euros para menores entre 10 y 18 años y de 5 euros para adultos. Estos se elevan a 5 y 10 euros, respectivamente, en caso de optar por visita guiada. Los menores de 10 años acceden de forma gratuita y el precio para grupos requiere de consulta. Los tickets de acceso se recogen en la recepción del propio Hotel Restaurante de Quejana.

Los veinticinco artistas que han participado en esta intervención pictórica son José María Pinto, José Luis Abajo “Porrilló”, Martín Ballesteros, Ramón Pérez, José Manuel Méndez ‘Mendo’, Ricardo Pérez Franco, ‘Richard’, Teresa Ahedo, Juan Humaran, Justo San Felices, Leire Sainz de Aja, Carmen Mateos, Ana Schmidt, José Reyes Ramos, Jesús Susilla, Fernando Ureta, Guillermo Sedano, José Abel, Eduardo Alsasua, Teresa Lafragua, Pilar Álvarez, José Miguel Arranz, Jon Landa, Miren Manterola, Aitor Rentería, y Leticia Gaspar.

Veinticinco robles, veinticinco pintores, veinticinco diferentes obras. El único criterio común ha sido el de respetar con esmero los árboles, para lo que se han empleado pinturas acrílicas especiales, aplicadas directamente sin imprimación. De esta forma, han creado una exposición ecléctica al aire libre de una belleza misteriosa, “un bosque lleno de historias y personajes que se han asentado y harán su vida allí”, según las evocadoras palabras de uno de los artistas, Justo San Felices.