La Plataforma tecnológica del vino (PTV), junto con la empresa Athisa Biogeneración, ha celebrado una jornada gratuita sobre el aprovechamiento de la biomasa en el sector vitivinícola. En concreto, la jornada se centró en el proceso de poda de la vid, como uno de los primeros pasos para conseguir una valorización del subproducto de la poda en las explotaciones vitivinícolas a través del uso de la biomasa.

La jornada consistió en una mesa redonda en la que participaron expertos en la materia y en la demostración de funcionamiento de un equipo de limpieza de madera y el equipamiento para la medición de calidad de la biomasa.

Este tema resultó pionero en Rioja Alavesa donde HAZI, la Diputación Foral de Álava, la Cuadrilla de Rioja Alavesa, ABRA, UAGA y EVE ya llevaron a cabo en 2017 el proyecto Vitibiom: Utilización de los sarmientos como recurso de biomasa en Rioja Alavesa.

En esta comarca, los residuos leñosos más importantes son los sarmientos de la vid, ya que además de ser los más abundantes y producir una cantidad similar todos los años, presentan un gran rendimiento en términos de conversión en energía. Anualmente, en esta comarca se genera por este cultivo una cantidad aproximada de biomasa infrautilizada de hasta 18.000 toneladas por año.

De las 63.000 hectáreas de viñedo que aproximadamente conforman la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja, 13.500 corresponden a Rioja Alavesa, lo que supone más del 80% del total de la superficie que en esta comarca se dedica a cultivos. Los viñedos en Rioja Alavesa se distribuyen a lo ancho y largo de toda la comarca de una manera más o menos homogénea, ya que la viticultura es la principal actividad económica de la zona, con alrededor de 450 bodegas inscritas a finales de 2015.

El objetivo principal del proyecto Vitibiom se centró en la valorización y aprovechamiento energético de la biomasa sobrante proveniente de la poda que cada año se realiza en los viñedos de Rioja Alavesa y el establecimiento de una estrategia territorial para gestionar el circuito de la biomasa del sarmiento en la comarca. Para determinar la viabilidad técnica y económica de este aprovechamiento, se creó un equipo de innovación que involucraba a gran parte de los agentes comarcales del sector para poder evaluar una cadena de valor en torno a la biomasa de los viñedos, para obtener energía térmica (calor y frío) y abastecer a las bodegas y edificios cercanos que lo deseasen.

Además de la valorización de estos residuos hay una segunda razón de peso para desarrollarlo. Y es que a corto plazo, será obligatorio señalar la huella de carbono en las etiquetas de los productos y el vino no se va a escapar de esta normativa. De hecho, en algunos productos ya es obligatorio y en otros se exige para determinados mercados de valor añadido. Algunas bodegas con vocación exportadora ya están empezando a implantar el cálculo y etiquetado de la huella de carbono en sus vinos para su venta en países sensibilizados con este asunto. En este sentido, en la actualidad hay dos formas habituales para deshacerse de las podas de sarmiento: la quema de esos restos, con potencial peligro para las zonas de monte cercanas, y la trituración de ese material, que se incorpora al suelo y puede convertirse en un nido de larvas, parásitos, hongos y enfermedades.

Para valorar el interés de esta aplicación, se habló con bodegas y con la Cuadrilla de Rioja Alavesa y se identificaron 91 edificios públicos que podrían incorporar calderas de biomasa. "Hay casos, como el propio edificio de la Cuadrilla, que tiene los bomberos al lado y un restaurante, que podrían compartir una instalación; también hemos identificado el Hospital de Leza; los institutos; las piscinas; o en Laguardia, donde hemos identificado hasta 24 edificios que podrían compartirlo", explicaron los coordinadores de esta iniciativa.

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Son los que se han identificado en Rioja Alavesa que podrían aprovechar la energía procedente de la biomasa.