Las campañas de vacunación para plantarle cara al covid-19 avanzan con paso firme en Euskadi, al igual que en el resto de países mundiales. Tanto así que Estados Unidos ya ha comenzado a proteger a los menores de edad y Europa sopesa continuar por el mismo camino. Sin embargo, esta decisión ha despertado una corriente de opiniones contrapuestas por parte de expertos que piden una mayor investigación antes de comenzar a vacunar a los menores de edad. "¿Hay evidencias científicas que soporten estos protocolos?", cuestiona, en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, Lucía Gallego, investigadora y profesora de microbiología e inmunología médica en la Universidad del País Vasco.

"Es muy pronto para comenzar a vacunar a niños y adolescentes, estamos, de hecho, en una fase preliminar en las investigaciones. Los ensayos clínicos que se han hecho hasta el momento no se han probado lo suficiente en un número elevado de adolescentes y se necesita más pruebas y tiempo para comprobar su efectividad en esta población", asegura la investigadora. Además, según explica, no es lo mismo vacunar aún sin los ensayos "suficientes" a adultos o a menores de edad, ya que el sistema inmunológico es "totalmente diferente".

Es más, detalla que esta diferencia no solo se marca en la clasificación de adulto o menor de edad, sino que, además, entre los menores de edad también habría que hacer subgrupos y clasificaciones varias. Por ejemplo, según asevera, el sistema inmunológico no funciona igual en niñas o niños, y hay que tener en cuenta si están en la pubertad o la acaban de pasar. "Actualmente se están haciendo muchos ensayos en edades más pequeñas, pero hay que tener en cuenta que el sistema inmunitario es muy diferente. Por ejemplo, en la niñez es de una manera, en la prepubertad cambia, al igual que vuelve a cambiar en la pospubertad. Entre sexo y género también varía mucho e incluso entre razas. Y todos estos factores deben estar muy bien estudiados antes de comenzar a vacunar a los niños porque en Estados Unidos se está viendo que hay muchos adolescentes con efectos secundarios graves como miocarditis", explica. Y, precisamente por este aspecto, zanja que "es pronto para vacunar a los niños" y que la urgencia debe ser continuar inmunizando a la población adulta, en especial a todas las personas vulnerables frente al coronavirus.

No obstante, el hecho de que todavía sea "pronto" para vacunar a los niños alaveses y euskaldunes no quiere decir que para Gallego en un futuro no sea necesario. En este sentido, la profesora de la UPV ha explicado que los síntomas clínicos del virus en edades tempranas no son muy graves pero ha advertido que los niños seguirán siendo refugio del virus por lo que será necesario inmunizarlos para dificultar su extensión. Además, observando los datos que aporta Osakidetza al respecto queda reflejado que, efectivamente, los menores también se están infectando día a día aunque en muy pocos casos evolucionan de manera grave. Aun así, ocasionalmente, sí se han dado algunas complicaciones, como el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, según concreta.Mayores de edad

La vacuna para frenar el covid-19 está indicada para la inmunización activa de la población adulta. Hasta el momento, Euskadi no está vacunando a menores de edad, ya que los ensayos de seguridad iniciales no incluyeron a los niños y adolescentes. Sin embargo, recientemente, y debido a que los niños también están en el último peldaño de la campaña de vacunación, Pfizer inició los ensayos clínicos de su vacuna en adolescentes de 11 a 15 años. De esta manera, esta farmacéutica se unió a la de Moderna, que también inició sus ensayos clínicos en bebés y niños de hasta 11 años.

En fases más avanzadas, los investigadores ya han comenzado a comprobar y estudiar los efectos secundarios. Sin embargo, además de las dudas que esto ha despertado en la comunidad científica, la incorporación de menores a la campaña de vacunación ha generado un debate más profundo, el ético, en el que la propia Organización Mundial de la Salud se ha pronunciado a través de su director Tedros Adhanom Ghebreyesus.

En este sentido, desde la OMS han urgido a los países ricos a retrasar la vacunación de niños y adolescentes para donar más dosis a países pobres y añade que las campañas de vacunación siguen siendo "extremadamente desiguales". Por todo esto, son las cuestiones éticas y las científicas las que de momento frenan el proceso de vacunación en los niños, algo con lo que la investigadora Lucía Gallego también está de acuerdo: "Se están tomando muchas decisiones demasiado urgentes sin mucha evidencia científica completa y eso está generando inseguridad entre los ciudadanos.

El cambio continuo de protocolos y el no tener los resultados tan positivos como se esperaba, genera desconfianza entre los ciudadanos. Con la vacunación de los menores de edad hay que ir más lentos, esto es un trabajo largo para una inmunidad duradera", concluye.