Cuarenta y cinco después, por fin se ha dado el paso primigenio para erigir en la iglesia de San Francisco de Asís de Zaramaga un espacio que recuerde la masacre del 3 de Marzo de 1976. Este mismo año se ha firmado un preacuerdo entre las instituciones y el Obispado para hacerlo realidad, y este lunes la plataforma Memoria Gara ha acudido a las Juntas Generales a presentar su propuesta para que dicho espacio vaya mas allá de un mero museo y se construya y gestione “de abajo arriba”, de forma colectiva, porque esa es “la base de una memoria democrática”.

Así lo ha expuesto ante los grupos políticos Josu Santamarina, historiador de la UPV y portavoz de una plataforma que desde su creación, hace tres años, ha ido excavando en la memoria colectiva de Gasteiz mediante diferentes iniciativas, con el fin de ir recopilando contenidos e ideas para el futuro memorial.

Abierto el debate

En todo caso, Santamarina ha subrayado que el documento presentado ante las Juntas, el libro de conclusiones sobre todo este proceso de tres años, esta abierto al debate y las aportaciones de partidos, sindicatos y agentes sociales. El mismo consta de tres ámbitos de trabajo, el que se centra en la propia memoria, en el contenido del futuro memorial; el relativo al espacio, a cómo transformar la iglesia; y el relativo a los colectivos que han de participar en su gestión y gestación.

“Estamos en un escenario interesante , en Memoria Gara vemos el futuro con esperanza, pero también reclamamos la idea de una participación colectiva porque la iniciativa nace de la voluntad popular”, ha señalado Santamarina.

En su exposición, la plataforma ha explicado que el memorial, a su juicio, debería dar testimonio de la impunidad con la que actuaron las fuerzas de seguridad y de la reclamación de justicia plasmada en el suelo “con la sangre de Pedro Mari Martínez Ocio”, rememoró Santamarina. También ha de ser un espacio de historia obrera que enlace las luchas de entonces, y previas, con las actuales, un lugar que se nutra de “donantes de memoria”, de los testigos de aquellos hechos, y de todo el patrimonio recopilado a lo largo de casi cincuenta años en forma de “canciones, obras de teatro, esculturas, libros, películas, documentales, murales o poemas”.

Gestación del espacio

Además, Memoria Gara cree que no es necesario partir de cero en la gestación de este espacio y apela a aprender de espacios museísticos como el Sitio de Memoria ESMA de Buenos Aires, la prisión de Robben Island de Sudáfrica, el Museu da Resistência e da Liberdade de Portugal o Londres 38, en Santiago de Chile.

“Las memorias colectivas se hacen en colectivo, ahí esta la base de una memoria democrática; entre todas y todos lo construiremos”, ha concluido Samtamarina.