- “La vida de San Prudencio es el ejemplo más cercano que los alaveses tenemos para reconciliar los ánimos enemistados y para que vivamos una verdadera y perpetua concordia”. Así fueron las primeras palabras del obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, durante su reflexión en la misa pontifical por esta solemnidad que se celebra tradicionalmente este día en el románico templo de Armentia.

En ella, el obispo de Vitoria centró su homilía en poner la vida de San Prudencio como ejemplo para “trabajar por una cultura del encuentro donde verdaderamente nos podamos ver y tratar como hermanos”. Apoyándose en reflexiones actuales del Papa Francisco con su última encíclica Fratelli Tutti firmada en octubre del año pasado, monseñor Elizalde puso como contexto la campaña electoral de la Comunidad de Madrid donde “entre tanta crispación social y política, el carisma de San Prudencio nos viene de maravilla, al igual que el del Papa Francisco, con esta encíclica donde nos guía a edificar nuestras bases sobre la fraternidad social y la amistad”.

Recordó “el cuidado amoroso de Dios por toda la humanidad como el del pastor que cuida de sus ovejas” y apeló a que para acercar esa cultura del encuentro, “aquí, en nuestra tierra debemos apostar por la dignidad sagrada e inviolable de toda persona como el suelo nutricio de donde brotan todos los derechos y deberes de cada ciudadano”.

Para el obispo de Vitoria, “uno de los problemas más grandes que merman esta necesidad de encontrarnos para convivir es la falta de diálogo” algo que “nos aleja del bien común y solo impone una única forma de pensar”. Recordando las palabras de Francisco en su encíclica, “el diálogo social auténtico presupone la capacidad de respetar el punto de vista del otro, aceptando la posibilidad de que contenga convicciones o intereses legítimos” y aseguró que él también trata de “aplicarlo también dentro la diócesis para dar espacio a todos los carismas y sensibilidades presentes en ella” ya ha usado la figura del poliedro donde “todos sumamos”.

Elizalde apeló a los responsables públicos presentes a “evitar fanatismos, cerrazones y divisiones sociales y culturales” y les animó a “dar espacio a las distintas voces que conforman nuestra sociedad” evitando una “uniformidad que solo genere asfixia y nos empequeñezca culturalmente”. “Ante las creencias más profundas de la gente que envuelven una forma de vida específica -indicó- tenemos que encontrarnos, buscar la manera de entablar contacto y de tender puentes antes que derribar”. El obispo de Vitoria recordó que “nuestra tierra acoge muchas culturas y apuesta por un futuro que integre diferencias en una riqueza mayor, para lo que se exige actitudes nobles”.

“Necesitamos llegar a un pacto que respete y asuma las diferentes maneras de ver e interpretar el mundo que conviven en nuestra sociedad”. De nuevo se apoyó en la encíclica del actual Papa para animar a dar pasos en este sentido “tratando bien a los demás, siendo amables, sonriendo, estimulando, buscando consensos e incluso diciendo más a menudo expresiones como por favor”.

Todas estas palabras llegaron en la homilía de una misa a la que acudieron medio centenar de ciudadanos en representación de la sociedad -cumpliendo el aforo máximo permitido y guardando las distancias interpersonales- así como la junta directiva de la Cofradía de Amigos de San Prudencio y las principales instituciones del territorio entre quienes se encontraban el diputado general de Álava, Ramiro González, y su teniente de diputado general, Pilar García de Salazar; el presidente de las Juntas Generales, Pedro Elosegi; el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran; el subdelegado del Gobierno en la provincia, Carlos Zapatero; y el presidente de la Junta Administrativa de Armentia, Prudencio López de Uralde.

Además estuvieron presentes también Jon Urresti en representación de la Fundación Vital y la pregonera de este año, la guionista y cineasta Maite Ruiz de Austri. Junto al obispo concelebraron el vicario general de la diócesis, Carlos García Llata, y el párroco de Armentia, Josetxu Apellániz.

Este 28 de abril, aún especial por la situación sanitaria y tras la insólita celebración del año pasado donde por primera vez se retransmitió únicamente por medios digitales al estar aún el grueso de la población confinada en sus casas, contó con esta misa y tres más a lo largo del día además de estar abierta la basílica durante toda la jornada para poder saludar y orar junto al santo patrón de Álava, siempre controlando el cumplimiento de las medidas sanitarias vigentes. También se emitió señal en directo por varios canales para las personas enfermas, ancianas o impedidas.

Medidas ante el covid. La Ertzaintza y la Policía Local de la capital alavesa prestaron ayer especial atención a la movilidad durante este miércoles. De hecho, tal y como señala la agencia Efe, realizaron durante la jornada controles de movilidad con motivo de la festividad de San Prudencio. Según informaron fuentes del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, los controles comenzaron a las 8.00 horas en las campas de Armentia, lugar donde tradicionalmente se celebra este día. La zona de Armentia estaba vallada y encintada con un único punto de acceso y otro de salida para dar cabida a las 600 personas que completarán el aforo máximo permitido. Las mismas fuentes indicaron que las patrullas policiales velaron durante la jornada por el cumplimiento de las medidas sanitarias, tanto en el interior de la campa como en los exteriores del perímetro acotado aledaño a la basílica de Armentia.