- El Ayuntamiento de Artziniega cuenta este ejercicio con un presupuesto de casi 2,2 millones de euros, en el que se han aumentado dos partidas relacionadas, directamente, con el incremento de las horas de trabajo semanales de la trabajadora social a dos jornadas y media, y la de la arquitecta y aparejador municipales a siete horas dos días a la semana. Se trata de dos simples ejemplos de las necesidades de personal -en este caso, derivado de la Cuadrilla de Ayala- que ha detectado un Consistorio como el de Artziniega, bien a consecuencia de la pandemia (limpieza, desinfección, tramitación de ayudas) o por los proyectos y obras importantes que hay en cartera.

“Este pequeño aumento de la jornada se hacía necesario para poder atender mejor también a las necesidades particulares de la gente. En cualquier caso, asumimos que sigue siendo escasa la prestación de estos servicios técnicos cada vez más demandados”, explicó a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA el alcalde, Joseba Vivanco, que tampoco quiso esconder que “en lo que va de legislatura, llevamos ocho contrataciones temporales, cubriendo bajas laborales y refuerzos de personal, por lo que -como nos estaban demandando los trabajadores- hemos contratado una Valoración de Puestos de Trabajo de la plantilla municipal, que se está haciendo ya estos días, y nos determinará necesidades de personal, de cara a poder lanzar una OPE el año próximo”.

Asimismo, Vivanco recordó que este mismo mes se han incorporado al frente de la gestión del Centro Rural de Atención Diurna “dos personas del pueblo que se presentaron al concurso público que lanzamos, para hacerse con la prestación de este servicio durante cuatro años, y resultaron adjudicatarias”. También han hecho tabla rasa con el uso de los roturos municipales. Tema “en el que nadie se atrevía a meterse, pero no podíamos seguir permitiendo que se adjudicaran por prórrogas directas y se ha regulado”.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Artziniega ya ha comenzado a subir a internet todo su archivo histórico desde 1617, gracias a una subvención del Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco que ha permitido digitalizarlo, en aras de su conservación. Se trata de una docena de documentos y libros de actas municipales que, a menudo, resultan difíciles de leer por el estado de conservación.