Su leyenda, su historia y sus múltiples asesinatos cometidos en Gasteiz ocurrieron hace más de cien años, pero la imagen de El Sacamantecas sigue despertando el mismo interés que en 1879 entre los ciudadanos. De hecho, recientemente Ander Gondra, el antropólogo y también director del Festival Zakatumba de Cultura de la Muerte en Vitoria, ha hallado tres nuevas imágenes inéditas de Juan Díaz de Garayo, más conocido como El Sacamantecas.

¿Cómo es la cara de un asesino?, ¿Y su cogote, es diferente al de una personal 'normal'? Estas preguntas llevaron a que cientos de personas quisieran poner imagen a la cara de una de las personas que más atemorizó la ciudad de Gasteiz. Su detención se llevó a cabo el 21 de septiembre de 1879 y desde entonces cientos de personas en el mundo quisieron descubrir su imagen y también estudiarla. "Sabemos que, durante su estancia en la cárcel celular de Vitoria, Díaz de Garayo fue visitado por infinidad de personas; familiares, doctores, periodistas o simples curiosos", explica Ander Gondra, en su post de El cogote del asesino. Y añade: "En enero de 1880, em àralelo a las visitas de un equipo de galenos vitorianos encargados de realizar un informe sobre las facultades mentales del reo, accedió también a la prisión un joven fotógrafo oscense, instalado seguramente hacía bien poco en nuestra ciudad. Se llamaba Pedro Mur y Yuste y tuvo la idea de conseguir varios ejemplares fotográficos de exactísimo parecido del criminal, para venderlos una vez obtenido el permiso de la autoridad competente". De esta manera, además, se lograron obtener varios retratos del criminal, que sirvieron no solo "para satisfacer la curiosidad pública" sino que también fueron "discutidos desde altas instancias científicas una vez ajusticiado Díaz de Garayo", asegura Gondra.

Con este último hallazgo y estas tres últimas imágenes, se ve por primera vez el cogote del asesino. "En cualquier caso esta foto sería absolutamente irrelevante, pero, tratándose de un individuo cuyo cráneo fue comparado con el de un Neanderthal brutal y estudiado al detalle, la cosa cambia", asevera Ander Gondra. De hecho, añade que "todo aquel que pudo verle, anotó algún detalle sobre su cabeza, Becerro de Bengoa señaló que tenía relevantes irregularidades; ancha en su base de oreja a oreja, y más larga en esta línea que delante a atrás". No obstante, y pese a que los científicos durante años quisieron sacar los rasgos de un asesino estudiando estas propias imágenes, lo cierto es que para Ander Gondra, en ellas "es difícil apreciar esa desfiguración tan notable". De hecho, probablemente, "aún no conozcamos algunas de las fotografías obtenidas por Pedro Mur y Yuste en 1880. Pero estas nuevas tomas suponen un sorprendente hallazgo, una gran pieza de microhistoria". En este sentido, el antropólogo invita a todos los ciudadanos a que revisen las imágenes más escondidas de sus hogares ya que "presuponiendo que en su día se vendieron cientos de copias de las fotografías, es probable que, en más de una casa vitoriana, extraviado entre familiares y remotos recuerdos, se halle el retrato de Juan Díaz de Garayo, confundido quizás con un zarrapastroso antespasado de tosca mirada", concluye.