Melchor, Gaspar y Baltasar han llegado, un año más, cargados de regalos, alegría e ilusión a Vitoria. A lomos de sus camellos y rodeados de un manto de blanca Navidad han cabalgado a temperaturas bajo cero, y enfundados en sus ornamentadas capas han tiritado de frío en su helador recorrido por los hogares de Siberia-Gasteiz.

La noche más mágica del año ha sido gélida en Vitoria, igual que el despertar de los más pequeños, a los que les ha costado guardar el pijama bajo la almohada y cruzar el umbral de la puerta de casa para salir corriendo a estrenar sus juguetes en parques y plazas.

Dunia, Ahmed y Cataleya son los únicos que a media mañana juegan en el parque. Entre salto y salto desde el cocodrilo caminan junto a sus padres hasta el belén de La Florida, que aún no han visitado estas navidades. A Dunia no le hace demasiada ilusión, pero lo hace por su hermana pequeña Cataleya, que estrena muñeca por Reyes. "Rapusel", se llama en su lenguaje de 3 años, aunque ella quiere tener 5, confiesa mientras acuna a su sonrosado bebé.

La noche de Reyes ha sido el colofón a unas vacaciones "divertidas" en las que Dunia ha pintado y jugados con sus hermanos. Ahmed ha estrenado la Nintendo que le regaló Papa Noel y el patinete con el que le ha sorprendido Baltasar, su mago favorito. Con eso ya se siente satisfecho, pero es que, además, esta Navidad ha disfrutado y, mucho, con la nieve, el mejor regalo para esta recta final de las vacaciones.

Los tres hermanos se han deslizado por el manto blanco que ha cubierto el parque de debajo de su casa, tirado bolas cerca del tiovivo de la zona de Abastos y divertido de lo lindo gracias a la última nevada. "Y Ahmed se resbala con la nieve", interrumpe Cataleya, que luce unos chocolateados labios a punto de acabar su dulce.

A sus 11 años, Dunia mira con cariño a la pequeña y escenifica a la perfección su papel de hermana mayor a una edad en la que los Reyes y Olentzero empiezan a quedarse pequeños para esta joven, que ya piensa en ser médico o modelo de pasarela. Cursa quinto de Primaria y las asignaturas que más disfruta son inglés y gimnasia. Aun así, no quiere saber demasiado de la vuelta a clase, como demuestra con un leve movimiento de cabeza. "¿Ganas de volver al cole? Bueeeno", responde con un tímido hilillo de voz.

"A mí me gustan mates e informática", interviene el mediano de los hermanos, que tampoco muestra demasiada ilusión por poner fin a unas adelantadas vacaciones blancas. De momento, prefiere darle más caña al patinete que acaba de guardar en el coche para visitar el belén. Ahmed tiene 9 avispados años y de mayor va a ser "policía o futbolista", confiesa. "Del Alavés o del Real Madrid", puntualiza desde su perspectiva de 4º de Primaria.

Al lado de la gran bola de luz de la Virgen Blanca, Amaya -"con y"- juega con su prima pequeña Alaia. Se ha despertado a las siete u ocho de la mañana, nerviosa, y ha pensado "me levanto o sigo durmiendo", pero ha podido la ansiedad. "Me he levantado y he ido corriendo al árbol de Navidad de la sala", explica emocionada. "Y cuántos paquetes había?", pregunto. "Dos o tres; tres", responde. "Un estuche de maquillaje para ama; la muñeca Lunita, para mí y un peluche reversible, que es un pulpo muy guay, para mi prima, Alaia no, otra", enumera. Esta futura profesora o médica -"es lo que quiere mi ama"-, tirita de alegría Amaya, al igual que el resto de niños y niñas al sentirse los verdaderos reyes de las casas.