a llegada de la vacuna contra el covid-19 dibuja un horizonte de esperanza a nivel sanitario para este 2021. Sin embargo, las consecuencias que la pandemia seguirá teniendo a nivel psicológico o social y en ámbitos como el de la salud mental son todavía hoy difíciles de imaginar. Se trata de lo que ha venido a denominarse como la cuarta ola de esta crisis sanitaria, un tsunami que amenaza con golpear especialmente a los colectivos más vulnerables cuando las curvas de incidencia del coronavirus estén ya, por fin, bajo mínimos.

Así lo subraya Vanesa Vadillo, psicóloga y gerente de la Asociación alavesa de familiares y personas con enfermedad mental (Asafes), que en este recién iniciado año anhela que las personas más susceptibles de ser arrastradas por esa cuarta ola, entre las que se encuentran los usuarios y las familias de su colectivo, sean protegidas. Para ello, la profesional interpela directamente a las instituciones y "a quienes desarrollan las políticas públicas". "La pandemia ha hecho mucho más evidentes las carencias que hay. Ahora, nuestro deber como sociedad es ayudar a estas personas y no esperar a que pase lo que está pasando a nivel sanitario. Si ya sabemos lo que va a ocurrir, hay que invertir más en políticas sociales y salud mental para proteger a la población de esa cuarta ola", apunta Vadillo.

El primer embate de la pandemia, que derivó en el confinamiento estricto de la población durante mes y medio, es "claramente" un aviso de lo que puede venir a partir de ahora a juicio de la gerente de Asafes. "La afección de la pandemia a nivel psicológico y social por el sufrimiento, los duelos, el miedo o la crisis económica ha hecho que muchas personas especialmente vulnerables sólo hayan empeorado", remarca la gerente.

Si bien es cierto que ha habido personas usuarias de Asafes que han sorprendido "gratamente" a Vadillo y al equipo de profesionales de la asociación por lo bien que respondieron a la cuarentena, han sido también muchas las que sufrieron "muy negativamente" los efectos del encierro. "Por ejemplo, gente que tiende a aislarle y a la que esto sólo ha hecho empeorar", detalla.

Para hacer frente a lo que pueda venir, Vadillo insta a la Administración a "invertir en políticas sociales y en todo lo que tiene que ver con la salud mental, que en este país es muy deficitario y cada vez se ha evidenciado más". Principalmente en recursos humanos, pero también en centros o espacios donde atender a esta población vulnerable.

Asafes, por de pronto, sigue produciendo "muy buenas ideas" y teniendo "muchas ganas de hacer muchas cosas" incluso ahora, o quizá precisamente debido al difícil contexto actual. De entre todas ellas, destacan dos proyectos propios "que están naciendo" en el seno del colectivo gasteiztarra y que darían "especialmente pena" a Vadillo de no llevarse a cabo debido a esta situación.

Se trata, por un lado, de la puesta en marcha a partir de este enero de un espacio para jóvenes que debutan con enfermedad mental grave, un proyecto innovador que a nivel estatal se desarrolla "en muy pocos sitios". "Hemos conseguido financiación y vamos a apostar por ello, porque es muy necesario", apunta la profesional. Por otro lado, Asafes está también pendiente de abrir una nueva vivienda de baja supervisión para personas con enfermedad mental a priori bastante autónomas pero que, según Vadillo, "necesitan tener un apoyo, un empujón para comenzar una vida más autónoma". Dos iniciativas que, sin duda, serían parte del deseo compartido por la gerente de Asafes para este 2021. En definitiva, "se trata de reforzar lo que ya hay y apostar por los nuevos proyectos".

Vadillo no puede negar que el recién concluido 2020 ha sido "muy complicado", sobre todo por el poco tiempo que llevaba al frente de la gerencia, a la que accedió en la recta final de 2019. "Si esto nos ha venido un poco grande a todos, recién llegada a este cargo ha sido especialmente difícil", asume.

En este punto, la gerente de Asafes pone en valor y agradece el trabajo desempeñado por el equipo que integra la asociación en un año en el que, también en su caso, ha habido "pocos recursos". "Se han hecho atenciones presenciales cuando todavía no teníamos mascarillas", ejemplifica. Sin embargo, "lo más complicado" para la asociación este pasado 2020 fue la gestión durante el confinamiento, encargada desde la Administración pública alavesa, de un piso para personas sin hogar y con enfermedad mental donde se dieron "situaciones muy duras". "Lo hemos pasado mal", reconoce la gerente, quien insiste en el inmenso trabajo de su equipo: "Hemos estado ahí y lo hemos dado todo y un poco más".

"La pandemia ha hecho mucho más evidentes las carencias que hay. Debemos ayudar a los más vulnerables"

Gerente de Asafes