VITORIA- El Ayuntamiento de Vitoria interviene en estos momentos en 48 expedientes por desahucio que afectan a 157 personas. Son las notificaciones recibidas desde enero hasta el 21 de octubre de este año. Estos datos los ha facilitado esta mañana el concejal de Políticas Sociales a petición de Elkarrekin. No obstante, Jon Armentia ha anticipado que el juzgado ya ha notificado trece casos para los meses de octubre, noviembre y diciembre. El edil espera que "los próximos meses aumenten, ya que es previsible que se ejecuten los lanzamientos paralizados durante el estado de alarma", indica.
El perfil de las unidades convivenciales en situación de vulnerabilidad atendidas por los recursos sociales municipales va desde ciudadanos que tienen dificultades para su inserción laboral a personas que presentan problemas de salud, violencia de género u otras situaciones críticas, como son los casos de desprotección infantil y adolescente y de dificultades para la inserción escolar.
En cuanto a las alternativas de vivienda que el Ayuntamiento ofrece a los afectados, el edil reconoce que existe un problema estructural de falta de vivienda, pero que el Consistorio tiene un acuerdo con la sociedad urbanística Ensanche 21 para poner a disposición de los afectados un piso de la forma más rápida posible. Por ejemplo, en estos momentos hay tres viviendas en reforma para este fin y Ensanche 21 cederá más a medida que se acondiciones otros pisos.
Pese al mencionado problema estructural de vivienda vacía, el Consistorio ha ofrecido alternativas residenciales a los afectados. Así, en lo que va de año, nueve personas han sido derivadas a otros alojamientos, seis a viviendas tuteladas, tres a pisos de acogida, tres a recursos hosteleros y cinco a alojamientos de personas mayores.
Comedores sociales Armentia también ha vuelto a explicar en la comisión de Políticas Sociales, en este caso a petición del PP, que la ciudad irá, poco a poco, implementando el número de comedores sociales públicos para atender la demanda existente.
Serán espacios similares al abierto hace unos meses en los Arquillos, con 30 plazas. Esto es, pequeños centros sostenidos con recursos municipales para el reparto de menús basados en productos alimenticios locales. En ellos, los servicios sociales harán seguimiento a las personas en situación de vulnerabilidad que acuden a comer por falta de recursos económicos, con el fin de lograr su integración social. Además, se habilitará una sala polivalente con acceso a un ordenador para que puedan efectuar trámites.
En definitiva, un modelo diferente al del comedor de Desamparados en el que trabaja una plantilla de siete personas bajo la gestión de una entidad religiosa, aunque con financiación municipal, y que este año cumple medio siglo desde su puesta en marcha.