a Bruja no sobrevolará este año la plaza de Elvillar para dar comienzo a las fiestas de la Asunción y San Roque, pero en la voluntad de todos los vecinos está que, al año que viene, las fiestas se vivirán más intensamente y se volverán a mostrar las ricas tradiciones de esta localidad de Rioja Alavesa, entre ellas las que hacen referencia a la presencia e historias de brujas, verdaderas o no, que masacró la Inquisición.

Y es que, estas fiestas de Elvillar comienzan con un acto previo al descenso de la Bruja desde el campanario, mientras suenan y llenan el cielo de colores los fuegos artificiales. Antes de la medianoche, con todos los vecinos, veraneantes y visitantes sentados o a pie, rodean la plaza para vivir la representación que llevan a cabo niños, jóvenes y mayores. Ésta se realizaba hasta hace pocos años en el dolmen de La Hechicera, pero la dificultad que tenían muchas personas mayores o con problemas de movilidad, decidieron que se quedara en el pueblo.

Durante muchos años, la representación comenzaba con un repaso a la historia de las brujas y al proceso inquisitorial que las llevó a la hoguera, el nacimiento de la bruja Salustiana y la represión de la Inquisición, a cargo del historiador local Justino Gainzarain. Tras la descripción narrada, los propios vecinos, de todas las edades, llevaban a cabo la representación en la que se recordaba aquel nacimiento, el juicio al que se sometió a cinco presuntas brujas por parte de la Inquisición en 1610, en Logroño, las protestas del pueblo y la concentración y fiesta de brujas llegadas desde otros muchos lugares. En la evocación interviene buena parte del vecindario: niños pequeños que juegan a saltar a la comba y los bolos, otros que permanecen sentados, señoras al abrigo de la lumbre del brasero o cocinando€ es decir, haciendo las tareas cotidianas de cualquier pueblo, hasta que llegan los enviados por la Inquisición para acusar a cinco vecinas de practicar la brujería para quemarlas en la hoguera, algo que sucedió realmente a través del tribunal inquisitorial constituido en Logroño. La representación acababa con una gran danza, el txulalai, presidida por el macho cabrío y con la plaza llena de brujas y de vecinos, ya que se anima a todos a salir a danzar.

Una buena parte del vecindario participa o actúa en la organización de este evento, ya que todos los disfraces y el atrezzo que se utiliza en la representación ha sido diseñado y construido por la gente de Elvillar. El año pasado, sin embargo, ya se realizó un cambio importante, sobre todo para refrescar la representación. Hubo narración, pero con muchas alusiones y elogios hacia el vino que se elabora en esta localidad y en Rioja Alavesa. Y después se interpretaron nuevas coreografías diseñadas por los propios jóvenes realizadas por las brujas, y alguna con el macho cabrío, que encantaron al numeroso público que se había congregado en la remozada plaza de Elvillar.