- La pandemia de la covid-19 ha ocasionado, para algunas personas, realizar cambios en sus rutinas diarias. Es el caso, por ejemplo, de los afiliados a la ONCE, que también en esta etapa conocida como nueva normalidad, siguen teniendo las mismas preocupaciones que al comienzo de la crisis.

Ya en el mes de mayo, varios afiliados de la citada organización lanzaban a través de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA un mensaje a la ciudadanía. En él, solicitaban que, "dado que nos cuesta calcular las distancias y en muchas ocasiones para las personas que no ven nada es imposible, que los ciudadanos nos ayuden y colaboren con nosotros, porque si no, lo tenemos muy complicado". Esa petición la mantienen también ahora, ya que en esta nueva normalidad sigue siendo necesario guardar las distancias de seguridad y mantener el resto de medidas.

Y es que Vitoria ha recuperado, en parte y paulatinamente, sus olores y sonidos, dos características que a los afiliados y afiliadas a la ONCE les ayudan a guiarse cuando caminan por la calle; sin embargo, otros aspectos siguen cambiantes. Es el caso, por ejemplo, de las terrazas, que han aumentado su tamaño; aunque la directora de la organización en Vitoria, Concha de la Fuente, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que reconoce que con la nueva normalidad hay más orden en ellas; es, al fin y al cabo, lo que pide: que haya orden. "Supongo que será por el hecho de que tienen que mantener la distancia de seguridad, porque antes se movían las mesas. Lo importante es tener margen para poder pasar", afirma.

También agradecen el orden en las salidas y entradas de los establecimientos; que se entra por una puerta y se sale por otra. "A nosotros nos vienen bien porque, como digo, hay más orden. Si sabes que todos los días ciertos elementos están siempre en el mismo sitio, te acostumbras a convivir con ellos, y con los técnicos de rehabilitación lo tienes más fácil".

Reconoce que en su día a día hace pocos desplazamientos porque no quiere tocar nada, pero recuerda que "es muy complicado no ver y no tocar". Su bastón, además, al medir un metro y cuarenta centímetros, le ayuda a guardar la distancia, pero "aunque el bastón te orienta, tienes que tocar igualmente". Pone, en ese sentido, un ejemplo. "En un lugar que no conoces, y hay varias puertas, tienes que guiarte de alguna forma y si te metes por ejemplo de una zona de sol a una de sombra, tienes que guiarte tocando. No podemos prescindir de tocar las cosas".

Julio Ávila, afiliado a la ONCE y vendedor de cupones ya jubilado, también reconoce que no está saliendo mucho a la calle, aunque afirma que no lo echa en falta. Nota que la situación sí ha cambiado "un poco" con la llegada de la nueva normalidad. "No sé si será por mi carácter, pero las veces que salgo me noto inquieto. No voy tranquilo, así que trato de salir lo menos posible. No es miedo, es una sensación extraña".

Ya en mayo, también hablaba con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA sobre su situación, y aseguraba que "no sé si es porque he sido vendedor de la ONCE durante 40 años, pero no echo en falta para nada la calle". Por eso, está dedicando estos meses a cuidar de sus plantas, una pasión que ha descubierto.

Además, aprovecha para visitar a algunos de sus antiguos compañeros de trabajo y compartir algún momento de conversación con ellos y recoger su cupón. "Empatizo mucho con ellos, porque han sido muchos años y además a algunos los tengo cerca de casa".

Él también tiene un mensaje dedicado a la ciudadanía. "Le pido mucha tranquilidad, mucho respeto al prójimo y que nos fijemos en cómo están otras comunidades. No caigamos en eso; respetemos todas las medidas de seguridad".

La ONCE recuerda que no ha retomado aún algunas de sus actividades. El pasado lunes pudieron hacer una reunión grupal que suelen organizar normalmente transcurridos seis meses desde que la persona se asocia a la ONCE. "Se ponen caras entre ellos, porque es gente que acaba de llegar. Las reacogidas las hacemos grupales y de esta forma los unos se apoyan a los otros", reconoce la directora. En esta ocasión, y para garantizar las medidas, tuvieron que hacerlo de forma telemática. Se conectaron por grupos de edades y el miércoles lo celebraron con los niños.

Los servicios, por su parte, los están prestando de uno en uno, con todas las medidas de seguridad. "Si, por ejemplo, un usuario necesita ir a rehabilitación porque le han cambiado una parte de la ciudad o unos semáforos, etc. tenemos que rehabilitarlo y eso lo tenemos que hacer en persona", recuerda. Los servicios sociales los están prestando, en definitiva, todos, salvo los aspectos de ocupación y ocio. "Estamos en un momento donde, simplemente, por ser verano, la actividad se para. En julio no tenemos actividades ni de coro ni nada. Solíamos hacer visitas a museos", asegura.

En la ONCE, además, mantienen el acompañamiento a los afiliados también en estos momentos. El programa de llamadas lo tienen todo el año -antes eran visitas presenciales-, y van recibiendo afiliados de uno en uno porque no pueden juntar a las personas. "La gente tiene que sentirse segura y acompañada, porque la soledad es muy mala".

Lo que los afiliados les transmiten es que sus preocupaciones son las mismas, que tienen miedo de salir -especialmente las personas mayores-. "Salen, porque tienen que hacer las gestiones del día a día, pero sí hay gente que delega porque de momento le da miedo", asegura de la Fuente, y afirma que lo importante para ellos es "que la gente que lo necesite sepa que estamos aquí", reconoce finalmente.

"Si sabes que todos los días ciertos elementos están siempre en el mismo sitio, te acostumbras"

Directora de la ONCE en Vitoria

"No voy tranquilo, así que trato de salir lo menos posible. No es miedo, es una sensación extraña"

Afiliado a la ONCE