- El abrupto descenso en las cifras de viajeros por el azote del coronavirus durante el último trimestre ha llevado a la sociedad pública de transporte municipal (Tuvisa) a una titubeante realidad y más complicado futuro con una enquistada relación entre la dirección y la parte social. En mayo registró una media de 6.464 pasajeros diarios, lo que sitúa el balance mensual final en 200.392 usos, un 86,26% menos que en idéntico periodo del pasado ejercicio. El descenso se hace más evidente al desglosar las estadísticas acumuladas de los cinco primeros meses de este año. Los 3,78 millones de usuarios de Tuvisa suponen un 46,15% menos que los registrados entre enero y mayo del año pasado, cuando ya se habían montado en los urbanos de Gasteiz un total de 7.02 millones de pasajeros.

Con solo cinco meses transcurridos el balance final de este año se va a quedar a una distancia sideral de los 16,2 millones transportados por la flota de Tuvisa en 2019. Esa pérdida de viajeros lleva aparejada una pérdida económica, que se sitúa en los 4 millones de euros menos de ingresos cuando se vaya a cuadrar el balance del este ejercicio, según las estimaciones que maneja la dirección de la sociedad.

En medio de esta ensalada se datos se sitúa el encontronazo entre dirección y comité de empresa, que tiene su origen en la decisión de aplicar, desde el 21 de marzo, un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) entre 276 conductores alegando una causa de fuerza mayor como la caída del 95% en las cifras de pasajeros por las restricciones de movilidad derivadas del estado de alarma. La medida contó desde el primer instante con el frontal rechazo de la parte social al argumentar que, como empresa municipal, no se contempla la aplicación de una suspensión temporal de contratos. Las posiciones se enconaron hasta el punto de llegar la cuestión a los tribunales. El Juzgado de lo Social consideró injustificado ese ERTE en Tuvisa y tumbó su aplicación desde el 26 de mayo. Este inesperado varapalo para la dirección de la sociedad ha llevado a ambas partes a unas posturas cada vez más divergentes y con escasas opciones de hacerlas volver a coincidir de nuevo.

Desde el gabinete Urtaran se ha empezado a alertar del serio problema de viabilidad económica de una sociedad acostumbrada en la última década a acaparar titulares de prensa por su incesante crecimiento en el número de pasajeros un ejercicio tras otro. Está también Tuvisa a las puertas de una nueva revolución con la futura implantación del Bus Eléctrico Inteligente (BEI) prevista para el verano de 2021. Este cambio va a suponer adentrarse en la electrificación de la línea Periférica con unos modernos vehículos y una inversión global en todo el proyecto de más de 40 millones de euros. Ahora emergen negros nubarrones en forma de espinoso futuro por el lastre que tiene Tuvisa para la institución. De los 26 millones de euros de Presupuesto en 2019 la aportación municipal fue de 14,8 millones, incrementada hasta los 15,5 este año. Esta dependencia es creciente cada ejercicio como reflejan los 13,6 millones inyectados en 2016 y su continuo crecimiento desde entonces.

En la otra cada de la moneda, de ingresos que genera la venta de billetes únicamente supone el 34% de lo que se recauda, poco más de siete millones. Se recurre a la comparación de los precios por trayecto con la tarjeta BAT entre el autobús, 0,60 céntimos, y los 0,73 que hay que desembolsar por hacerlo en el tranvía y esa diferencia en la cantidad que pagan los viajeros, supone que en el metro ligero de Gasteiz los ingresos por validación de billetes sean el 55% del total de los ingresos.

A medida que las discrepancias se hacen más evidentes, las declaraciones de los rectores ponen el foco en el documento del convenio colectivo del que disfrutan los trabajadores. Reprochan desde la dirección disfrutar de unas "condiciones muy favorables, mejores incluso que las del resto de la plantilla municipal" y de la dificultad de sentarse en una mesa para poder mejorar algún aspecto concreto.

La opinión de la parte social es radicalmente opuesta al rechazar cualquier tipo de privilegio. "No tenemos mejores condiciones que el personal del Ayuntamiento, todo es igual al 95%", enfatizan fuentes del comité consultadas por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. El actual convenio se negoció y rubricó en el año 2014 y sigue vigente al amparo de la ultra actividad. "No entendemos esa obsesión con el convenio", deslizan a lo largo de una amplia conversación La flexibilidad de los trabajadores es otro punto que enfrenta a las partes y distinguen las mismas fuentes del comité la "disponibilidad total de los trabajadores que pretende la dirección, por encima de la flexibilidad. Quieren tener libertad absoluta sobre los días de los trabajadores", exponen.

Mientras ambas partes se lanzan mensajes a través de los medios de comunicación el propio alcalde Gorka Urtaran expuso, a través de las páginas de DNA el pasado domingo, un mensaje de tener "claros los cambios en Tuvisa" y no temblarle el pulso a la hora de aplicarlos. Todo pasa por ajustar el gasto en el medio año que resta para cerrar el ejercicio y no acumular más deuda que pueda arrastrar al Ayuntamiento. Toca también "repensar" la sociedad municipal de forma que sea capaz de hacer frente a corto y largo plazo a la situación. Sin embargo, ese proceso de ajuste económico y dar una vuelta al funcionamiento y futuro de la sociedad, debe encontrar respaldo dentro del propio consejo de administración de Tuvisa. Los representantes del equipo de gobierno (PNV-PSE) no disponen de la mayoría suficiente y deben contar con el apoyo de algún otro grupo de la oposición (EH Bildu, PP, Elkarrekin Gasteiz).

No parece sencillo convencer a cualquiera de ellos para que unan sus votos a esa propuesta de una nueva Tuvisa que vuelva a recuperar su esplendor. A lo largo de este año, por esa falta de respaldo se ha tenido que desechar una subida en las tarifas a comienzos de año o, en el consejo del lunes el inicio de licitación para contratar un servicio de asesoramiento laboral en la gestión propia de recursos humanos por el voto en contra de la oposición.

Tuvisa. La sociedad municipal se creó en el año 1967 para encargarse del transporte público en la ciudad. En la actualidad gestiona cinco estacionamientos subterráneos de Gasteiz y se encarga del servicio de grúa para retirar los vehículos de la vía pública

Resolución judicial. El expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para compensar el descenso en la cifra de viajeros fue considerada injustificada por el juzgado de lo Social de Gasteiz. El Ayuntamiento ha recurrido esa decisión al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

La presidenta de la sociedad municipal aboga por trabajar junto a todos los grupos del consejo de administración y afrontar una toma conjunta de decisiones.

Los representantes sindicales de los 415 trabajadores que componen Tuvisa rechazan las insinuaciones de disponer de un convenio colectivo con unas condiciones más favorables que las del resto de trabajadores del Ayuntamiento de Gasteiz.

4,3

Millones de euros. Pérdidas estimadas en el balance de este año de Tuvisa por el abrupto descenso de viajeros desde marzo.