- A pesar de que en las últimas jornadas los efectos de la desescalada se están traduciendo en una progresiva vuelta a la normalidad en todos los ámbitos, la celebración y desarrollo de algunos grandes eventos sigue lastrada por los devastadores efectos del coronavirus. Ese es el caso del Mercado Medieval de la capital alavesa, previsto entre el 25 y 27 del próximo mes de septiembre, abocado a una inevitable suspensión al concitar en su celebración todos los parámetros contra los que se lucha para tratar de contener la propagación del covid-19. A falta de un posicionamiento oficial en ese sentido desde el Ayuntamiento, como entidad organizadora, y tener todavía por delante más de tres meses, su desarrollo es inviable por factores como la multitudinaria presencia de gasteiztarras y visitantes llegados de provincias limítrofes, que asaltan los rincones y plazas de la almendra medieval el cuarto fin de semana de septiembre.

Basta revisar los datos oficiales del balance de la pasada edición para cuantificar en una contundente cifra de 200.000, el número de clientes y curiosos que callejearon a lo largo de los tres días por alguno de sus 260 puestos. Este gentío ya es el más serio obstáculo que contradice las recomendaciones que insistentemente viene repitiendo la Asociación de Municipios Vascos (Eudel) a la hora de huir de las aglomeraciones de personas ya sea en playas, piscinas o cualquier tipo de evento que se programe durante este verano.

Más allá de esa cifra de visitantes, las estrechas calles del Casco Medieval se convierten durante ese fin de semana en un continuo y, a veces, asfixiante procesionar de clientes que tratan de comprar objetos singulares de artesanía, detalles de bisutería, pan, dulces, cualquier variedad de viandas para sus despensas o saciar sus estómagos en las tabernas que copan los jardines de Etxauri. En esa misma edición del pasado año, se dieron cita un total de 260 puestos artesanos repartidos por todas las arterias del corazón de la vieja Gasteiz. Semejante cifra de vendedores es también inviable para estos tiempos de pandemia y mientras existe el precedente de mercadillos de la ciudad (Santa Bárbara, Simón Bolívar o Lakua), donde la presencia de vendedores se limita al 50% de las autorizaciones concedidas, se condiciona la asistencia al número de la licencia o se establecen separaciones de dos metros entre uno y otro puesto. Cualquiera de ellas que pudiera tratar de aplicarse sería inviable para un Mercado Medieval que transforma por completo las dos colinas de la ciudad.

Precisamente son múltiples los puntos por los que se puede acceder desde toda la ciudad hasta el Casco Medieval lo que convierte en imposible controlar los accesos para imponer un aforo y controlar la asistencia en ese puñado de calles. Otra de las patas en torno a las que se articula el programa del mercado como la celebración de diferentes espectáculos, viene a contradecir también las recomendaciones de Eudel para no reunir a grandes masas de población. Es habitual ya incluir en el programa diferentes pasacalles, zonas de juego para los más pequeños, recreaciones de momentos históricos de Gasteiz o exhibiciones de antiguos oficios que no hacen sino incidir en los peligros que se va a evitar con la supresión de la edición número 19 de este mercado medieval. En los 18 años precedentes se había convertido ya en un clásico de la programación cultural de la ciudad, anclado en el último fin de semana, y como primera gran cita del otoño vitoriano. Las cifras de esos 200.000 visitantes, 260 puestos, las 34 compañías de teatro, los 132 artistas, 1.700 elementos decorativos y 61 talleres de oficios dejan bien patente la magnitud de este evento.

A la espera de corroborar oficialmente su cancelación, el mercado medieval se une a la lista de actividades como el Azkena Rock Festival, el concierto de Evaristo Páramos y La polla records, el Festival de Jazz y las fiestas de La Blanca o el Día de Santiago, que se han caído del cartel por el azote del coronavirus.

200.000

Son las que acudieron a la pasada edición del Mercado Medieval de Gasteiz a lo largo de todo el fin de semana.

260

Son los que dan color a esta cita en la capital alavesa. Son de artesanía de todo tipo y los hay también de hostelería.

1.700

La colina medieval de la capital alavesa acostumbra a lucir como una gran urbe medieval gracias a la decoración dispuesta por gran parte de sus calles.