Vitoria.- El confinamiento provocado por la pandemia de coronavirus generó entre algunos jóvenes atendidos por el servicio de psicoasesoría del Ayuntamiento una mayor ansiedad, mientras que otros encontraron una zona de confort en sus casas.

Este servicio municipal atendió durante el confinamiento a 151 personas a través de videollamadas, la mayoría ya usuarios de este servicio, a través de correo electrónico, chat y teléfono y en total realizaron 277 consultas.

El Ayuntamiento ha difundido este lunes el resultado de un cuestionario que se realizó a jóvenes de entre 14 y 30 años atendidos por este equipo de profesionales para analizar la situación en la que se encontraban y comprobar cómo influyó el confinamiento en su salud psicológica.

Según las respuestas, esta situación supuso para algunos jóvenes aligerar el malestar al encontrarse confortables en sus casas, mientras que a otros les provocó más ansiedad e influyó negativamente en su bienestar.

En unos casos el confinamiento generó nerviosismo, una mayor actividad mental, agitación, mayor necesidad de movimiento y dificultades para dormir, así como preocupación por temas académicos y problemas de concentración y de organización.

También se sucedieron sentimientos de soledad y de tristeza, y la conviencia familiar reabrió conflictos del pasado.

En otros jóvenes la situación tuvo efectos positivos. Sirvió para retomar la relación con sus familiares, para tener un mayor control sobre sus horarios o para disfrutar del tiempo con uno mismo.

Notaron una mejoría al cesar la actividad académica y las angustias relacionadas con los estudios y relativizaron las problemáticas al compararlas con la situación global.