- Ansiedad, duelo, preocupación por otras personas, futuro laboral, problemas de convivencia, crisis de pareja, depresión, tristeza, incertidumbre económica, pérdida de la vivienda y del empleo, miedo. Todos ellos son problemas psicológicos que ha sacado a la luz la pandemia del coronavirus afectando a vitorianos y alaveses durante el confinamiento decretado el 14 de marzo. Para ayudar a los afectados, el Colegio oficial de Psicólogos de Álava puso en marcha el 26 de marzo un programa de atención psicológica gratuito, telefónico y dirigido a toda la población alavesa.

Una iniciativa que hasta el 8 de mayo han atendido 70 profesionales de forma voluntaria y de la que la entidad hace un balance positivo, en palabras del vocal de Emergencias del Colegio, Francisco Javier de las Rozas. De las 303 llamadas recogidas, 221 fueron derivadas a un psicólogo, el 75% de mujeres y el 25% de hombres. Esta disparidad de porcentaje puede responder a varios factores, según el profesional: hay estudios que constatan que la población femenina es más propensa a sufrir en una crisis como la actual, pero también puede ser porque la mujer está más dispuesta a contar lo que le pasa y a recibir apoyo psicológico e incluso porque a menudo es la que se encarga del cuidado de otras personas.

Las alteraciones psicológicas sufridas por los ciudadanos han ido cambiando a lo largo del estado de alarma al igual que lo ha hecho la incidencia del virus. Al principio fueron, sobre todo, los familiares de personas mayores que vivían solas quienes se pusieron en contacto con el Colegio de Psicólogos, preocupados por no poder visitar a los padres en sus casas o en residencias.

Más adelante, las solicitudes de ayuda llegaron de personas con algún tipo de patología nerviosa y, a medida que fue avanzando el confinamiento, llamaron por teléfono para confesar su ansiedad a los psicólogos ciudadanos con miedo a contagiarse del virus y a contagiar a los demás. Esta última inquietud ha sido común en el caso de sanitarios, personal de limpieza y cuidadores con miedo a infectar son el virus a sus seres queridos conscientes de que trabajaban en sectores de riesgo. Pero también pacientes abatidos por la soledad del encierro en sus casas e inquietos por no tener el control de la situación.

Así, el 47% de las llamadas se registró en la primera parte del confinamiento, del 26 de marzo al 7 de abril; el 35% de las consultas fue la segunda quincena, del 8 al 26 de abril y el 18% del 27 de abril al 8 de mayo. Explica De las Rozas que el miedo de los ciudadanos se notó más al principio porque la rápida expansión del virus "nos sorprendió a todos". Después, más tranquilos, "nos acostumbramos al encierro en casa" pero, al final, "llega un momento en el que te cansas de no poder salir a la calle y es entonces cuando surgen los casos de más nerviosismo", apunta.

La mayor parte de los episodios atendidos ha consistido en una intervención puntual en un momento de crisis del paciente, que era precisamente el objetivo de este programa de asesoramiento psicológico, pero "si veíamos que requerían un tratamiento especializado, les recomendábamos acudir al médico", explica el profesional. En otros casos, ha sido el propio sistema de salud quien ha llamado a los psicólogos para derivarles pacientes: ocho casos en el primer periodo de la pandemia y 29 después.

Los casos atendidos por el Colegio de Psicólogos responden a un amplio abanico de motivos: ansiedad, duelo, preocupación por otras personas, futuro laboral, problemas de convivencia, tristeza, depresión, pérdida de la vivienda o del empleo, patologías previas como el trastorno bipolar e incluso la necesidad de ajustar su medicación en el caso de algún paciente y hasta un brote psicótico en una persona que había perdido su casa, a la que derivaron a los servicios sociales municipales. Así, el 61% de las consultas atendidas ha sido por ansiedad, el 23% por miedo a contagiarse o contagiar a otros la enfermedad, el 11% por procesos de duelo y el 6% por un estado bajo de ánimo.

Asimismo, destaca el Colegio de Psicólogos que ha sido más numeroso el porcentaje de personas de mediana edad y mayores atendido que el de jóvenes. De hecho, el 69% de las consultas ha sido de ciudadanos de entre 30 y 65 años y el 20% de personas mayores de 65 años. "También nos ha llamado alguna persona joven, pero sobre todo por la ansiedad y el agobio que le producía estar encerrado en casa a medida que pasaban los días", puntualiza De las Rozas.

En cuanto al estado civil de los asistidos, el 46% de los que han solicitado ayuda psicológica están casados o viviendo en pareja. Un 28% de las llamadas fue de solteros, el 14% de viudos y viudas y el 12% de separados o divorciados. Además, en el 78% de los casos fue el propio interesado quien llamó por teléfono para pedir asesoramiento psicológico por parte de un profesional.

En el 20% de los casos fue un familiar, preocupado por la situación de su allegado quien se puso en contacto con el Colegio de Psicólogos y el 2% de las llamadas fue hecha por un amigo o conocido. "Cuando no es el propio interesado quien llama, nosotros no podemos tomar la iniciativa de atenderle, pero sí intentar que la persona que ha llamado lo haga para que sea el propio interesado quien descuelgue el teléfono", indica el vocal del Colegio de Psicólogos de Álava.

Algunos de estos problemas psicológicos que ha traído la pandemia de la covid-19 son puntuales, propios de un estado de alarma que ha obligado a los ciudadanos a variar su estilo de vida, pero otros no van a ser superados tan fácilmente, ya que las consecuencias siguen ahí: duelos, pérdida de empleo, vivienda y otros pueden surgir más adelante.

En estos momentos, el virus tiene su ciclo vital más bajo, pero los expertos no descartan un rebrote con la llegada del otoño. Ante una posible segunda oleada, el Colegio alavés de psicólogos no descarta volver a poner en marcha otra iniciativa de estas características porque ve positivo el balance del trabajo desarrollado. "Pudiera ser que lo repitiéramos", dice el vocal de Emergencias.

Sin embargo, también subraya la necesidad de que se ponga en valor el trabajo de los psicólogos como parte de los profesionales del servicio de salud, no sólo como voluntarios. Denuncia que, a día de hoy, el ratio de psicólogos por número de habitantes es "escaso", pese a que en esta sociedad hay muchas problemáticas similares a las tratadas durante el confinamiento que, sin duda, requieren atención psicológica profesional.

303

Desde el Colegio de Psicólogos se han recibido más de 300 llamadas en su servicio de atención gratuita durante la crisis sanitaria.