vitoria - Las calles de la capital alavesa se tiñeron ayer de morado en un nuevo 8M que no se vio empañado ni por el miedo a los actos multitudinarios en plena crisis del coronavirus ni por caer en domingo. Miles de alavesas disfrutaron de una jornada reivindicativa y festiva a partes iguales, desde la cadena feminista que unió al mediodía los 800 metros que transcurren de la plaza General Loma a la plaza Jesús María de Leizaola hasta la multitudinaria manifestación vespertina por las calles del centro.

Durante el recorrido matinal, además de observar la intervención artística en la Plaza Nueva elaborada por Irantzu Lekue, las manifestantes aprovecharon para colocar diferentes pancartas en puntos estratégicos en referencia a distintas reivindicaciones.

Frente al Ayuntamiento, una contra la violencia machista; ante la sede del PP, contra "el fascismo"; en las inmediaciones de la subdelegación del Gobierno, contra los problemas que sufren las mujeres refugiadas e inmigrantes; y ante la sede del PNV, contra la gestión de la crisis de Zaldibar.

Por la tarde, los lemas y las luchas se multiplicaron exponencialmente de la mano de las gasteiztarras que se sumaron a la convocatoria del movimiento feminista, que tras la marcha procedió a la lectura de un manifiesto el que subrayaron la "necesidad de autoorganización" de las mujeres en la lucha feminista.

"En este mundo en el que el neoliberalismo tiene tanta influencia en nuestras vidas, en este mundo en el que se impulsa un individualismo salvaje y atomizado, tenemos que construir una comunidad feminista comprometida, que supere la pasividad que puedan promover espacios como las redes sociales. Seguiremos presionando también desde nuestros grupos, colectivos y asambleas en la calle", apuntaron.

"Nosotras no queremos la igualdad formal. No queremos igualdad para consumir sin límite ni queremos igualdad para explotar a personas y territorios; no queremos recetas neoliberales que profundicen en la explotación de las mujeres de nuestro alrededor y del mundo. Trabajamos en barrios y pueblos conectadas con nuestras hermanas de todo el planeta, con esa mirada global", incidieron en un manifiesto en el que también denunciaron la situación de las trabajadoras de las residencias y censuraron la prohibición municipal de no poder utilizar la balconada de San Miguel. Con todo, hubo presencia en la balconada. Una abarrotada plaza de la Virgen Blanca ejerció de epicentro del 8M, con música y bengalas moradas, y al inicio de la marcha, una pancarta -Antolatu indarrak, batu borroka feministara!- como lema central de un 8M gasteiztarra en el que multitud de jóvenes y mayores portaban sus propios carteles y lemas, desde el "chavala, que nadie te corte las alas" que lucía una adolescente hasta el "juntas somos invencibles" que portaba otra mujer.