Artziniega - A partir de este lunes la inmensa mayoría de los hogares se pondrán a la tarea de recoger y embalar, hasta el próximo año, todos esos elementos decorativos especiales que nos han acompañado durante las fiestas navideñas. El árbol, las luces, el espumillón, el belén? Sin embargo, hasta hace no muchas décadas y por lo que a éste último respecta, la retirada de las figuras del pesebre no se efectuaba hasta el cierre del ciclo de Navidad que se celebra exactamente a los cuarenta días del 25 de diciembre, es decir el 2 de febrero.

"A mucha gente le choca que tengamos abierta la exposición hasta principios de febrero, pero es que antaño, aún conozco a señoras mayores de Artziniega que así lo siguen haciendo, el belén no se retiraba nada más pasar Reyes, sino el día de Las Candelas. Una fiesta religiosa en honor a la Virgen de la Candelaria, que recuerda la presentación del Niño Jesús (la Luz del mundo) por parte de su madre María en el templo de Jerusalén, que viene así a iluminar y purificar a todos, como la vela o las candelas", explica Teresa Lafragua, directora del taller-museo Santxotena de Artziniega donde, desde el pasado 30 de noviembre y hasta el 2 de febrero, se puede visitar la vigésimo primera muestra de belenes del mundo, englobada por 8.473 piezas que conforman 2.430 montajes de los cinco continentes (223 más que la pasada edición).

Con todo, a los propietarios de esta colección, como buenos amantes de la etnografía y la antropología, lo que les interesa rescatar del olvido es la costumbre en sí. "Una fiesta que tiene como protagonista a la luz de las velas, alrededor de las que giran tanto actos religiosos como lúdicos, a los que otorgan un aire mágico y que históricamente parece que tuvo su origen en la antigua Roma, donde la procesión de las candelas formaba parte de la fiesta de las Lupercales, dedicadas a la Purificación", matiza el escultor navarro-alavés, Xabier Santxotena.

Juego infantil Por lo que respecta a esta XXI Exposición de belenes, dispuesta por medio de ingeniosos sistemas de baldas y vitrinas que abarcan más de 600 metros cuadrados, los hay desde el más diminuto, uno "mexicano y realizado en una cáscara de pistacho" hasta el más voluminoso, "con más de un metro de altura, realizado por el propio Xabier e instalado en el exterior del museo dando la bienvenida al visitante", resume de forma anecdótica Lafragua, visiblemente "satisfecha" con la respuesta del público. Y es que "los que repiten se siguen sorprendiendo y los que vienen por primera vez admiten no poder creérselo hasta verlo, y eso es lo que nos da energía para continuar", subrayan.

De hecho, en un gesto a sus visitantes de más corta edad han ideado un juego de preguntas en torno a los personajes que configuran varios de los belenes de la sección infantil. "Tienen que localizar tres y decirnos sus nombres por las pistas que les damos, los acertantes entrarán en un sorteo de regalos que efectuaremos el último día de la exposición", matiza Lafragua que ya la pasada edición hizo algo similar, pero con un belén diseñado en exclusiva para la cita que sorteó entre todas las personas que asistieron a la muestra.

No en vano, si hay algo que diferencia a esta colección de Artziniega, además del importante número de montajes que engloba, eso es que "trabajamos la etnografía y la antropología de pueblos de los cinco continentes, a la vez que fomentamos la obra de artesanos alfareros típica de cada comunidad, un oficio ancestral que se está perdiendo, mediante el encargo de trabajos exclusivos", inciden sus responsables.

Sin ir más lejos, el belén especial de esta edición: el que homenajea a la Organización nacional de ciegos de España (Once), es obra de la artesana Vicenta Hernández de la localidad salmantina de Cespedosa de Tormes, creadora de muchas de las piezas más destacadas de la sección de Castilla-León; y lo mismo ocurre con el stand estrella de este año dedicado a la Comunidad Valenciana, en el que se exhiben 129 belenes de todos los rincones de su geografía, desde Manises a Valencia o desde Altea, Paterna y Albufera a Castellón y Alicante.

Entre ellos no solo destacan sus famosos Lladró de porcelana, reposando sobre recortes de las carísimas y exquisitas telas con las que se confeccionan los trajes de falleras; sino también de ganchillo "elaborados por una señora de 82 años", uno muy moderno con José, María y Jesús practicando skate, otros en velas o vidrio elaborados por la asociación de discapacitados Fet de Vidré, e incluso alguna que otra joyita en placas de barro cocido, creadas con la técnica de origen medieval, típica de la alfarería del Levante español, denominada socarrat (chamuscado en valenciano).

Para verlos, hay tiempo, ya que la muestra estará abierta hasta el 2 de febrero, de viernes a domingo, de 11.00 a 13.30 horas y de 16.00 a 19.00 horas. Además, los grupos grandes pueden concertar visita fuera de los horarios y fechas indicados (945 396 664 - 605 717 857). A partir del 2 de febrero, como dicta la tradición, llegará todo un arduo y minucioso mes de desmontaje.