a golpe de recortes, la I+D+i ha quedado seriamente tocada desde que estalló la crisis económica, con miles de investigadores obligados a hacer las maletas rumbo a otros países y numerosos proyectos en peligro de quedarse en el camino. Sin embargo, la investigación biomédica que se practica en Álava, un puntal dentro del sistema vasco, puede seguir sacando pecho gracias a un capital humano que para sí quisieran muchos territorios del entorno. Desde la red pública y la iniciativa privada. Osakidetza, la UPV, BTI y Tecnalia siguen siendo los máximos exponentes de la excelencia de la que goza la provincia al hablar de este ámbito, cuatro agentes cuya inquietud también ha traspasado fronteras internacionales en no pocas ocasiones.

El centro de investigación Bioaraba, que aglutina toda la I+D que se realiza en el Hospital Universitario de Álava (HUA), está desarrollando en la actualidad más de 100 proyectos de investigación en campos tan diversos como la salud mental y la fragilidad, los trastornos del sueño, la patología cardiovascular, los servicios de salud y medicina primaria, la genética, el desarrollo farmacéutico y la patología de sistemas, según los últimos datos aportados a DNA desde esta entidad. Un centro que dispone de cerca de 1.500 metros cuadrados plenamente dedicados a la investigación en Txagorritxu y otros 500 en Santiago, al margen de su histórica colaboración con otros socios y consorcios privados como los ya citados, BTI, Tecnalia o la clínica del traumatólogo Mikel Sánchez.

La unidad de investigación en psiquiatría que dirige Ana González-Pinto continúa destacando como uno de los cuatro grandes grupos investigadores de Bioaraba, junto con los de trastornos del sueño, genética de enfermedades raras y enfermedades cardiovasculares. El de psiquiatría cuenta con una gran experiencia en el estudio de enfermedades mentales graves como el trastorno bipolar, la esquizofrenia o la depresión, investiga factores relacionados con la sintomatología del paciente y desarrolla también programas de psicoeducación para los pacientes y sus familiares.

Entre otros grandes proyectos, el equipo de González-Pinto ha desarrollado una intervención específica para pacientes con psicosis que abusan del cannabis, dirigidas a conseguir el abandono del consumo, así como una terapia que busca prevenir la depresión postparto.

En cuanto al grupo de trastornos del sueño, dirigida por el también responsable de Bioaraba Joaquín Durán-Cantolla, cabe destacar sus punteras investigaciones en torno a la apnea, un trabajo que acumula un cuarto de siglo de historia. Las principales líneas de investigación actuales de este grupo tienen que ver con el desarrollo de sistemas diagnósticos más sencillos, que permiten que los pacientes con trastorno del sueño puedan ser estudiados en su propio domicilio, y con distintos proyectos para evaluar las consecuencias cardiovasculares de padecer apnea. El equipo también trabaja en la búsqueda de alternativas terapéuticas a las actuales para tratar esta peligrosa patología.

El grupo de genética, del que es responsable Guiomar Pérez de Nanclares, se afana desde hace más de diez años en investigar los mecanismos genéticos responsables de las alteraciones epigenéticas de las enfermedades raras, aquéllas que afectan a una proporción muy reducida de la población. En cuanto al equipo de enfermedades cardiovasculares, que lidera Fernando Arós, el proyecto Predimed Plus se encuentra ahora en la primera línea de sus prioridades, un estudio que pretende evaluar el efecto protector de la dieta mediterránea hipocalórica en personas con síndrome metabólico.

Pacientes con sobrepeso, hipertensión arterial, diabetes e hiperlipidemia y, por ende, con alto riesgo de sufrir patologías cardiovasculares. Cabe destacar también en este ámbito que la unidad de arritmias del HUA puso en marcha hace unos años un sistema para el control, el seguimiento y el tratamiento a distancia de los pacientes que sufren este mal.

Sin salir de Txagorritxu, destaca también su banco de cerebros, referencia dentro de la red pública vasca en la investigación de muestras con sospecha de enfermedad priónica, o su Unidad de Ensayos Clínicos, que desde 1998 opera en la CAV de forma pionera y exclusiva gracias a un convenio suscrito por el propio hospital, la UPV y la corporación tecnológica Tecnalia.

Una entidad que cuenta con unas instalaciones de la más alta cualificación en el parque tecnológico de Miñano y que al margen de la colaboración histórica que ha mantenido con Osakidetza, ha desarrollado en Álava actividades orientadas a la investigación y el desarrollo en el área de la genética y la genómica funcional, mediante la utilización de nuevas tecnologías de alto rendimiento como los microarrays de ADN, la secuenciación génica mediante electroforesis capilar y el análisis proteico y celular.

Sin duda, otro de los principales puntales de la investigación en Álava desde el ámbito privado lo representa Eduardo Anitua, referente científico por el descubrimiento del plasma rico en factores de crecimiento para la regeneración de tejidos. Pese a que en un principio la utilización de esta fórmula se ciñó exclusivamente a la cirugía oral y maxilofacial, progresivamente se ha extendido a distintas áreas médicas como la dermatología, la oftalmología, la traumatología y la medicina deportiva, estos dos últimos campos en constante colaboración con el ya citado Mikel Sánchez. La Fundación Eduardo Anitua y la clínica del doctor Sánchez han firmado durante los dos últimos años sendos convenios con Bioaraba para colaborar en diferentes investigaciones biomédicas y desarrollar nuevas herramientas de diagnóstico y terapia.

De vuelta a la iniciativa pública, no puede olvidarse tampoco el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (CIEA) Lucio Lascaray de la UPV, un impulso a la investigación en ciencias en un campus circunscrito principalmente a las Humanidades. En el centro trabajan grupos punteros en investigación de materias tan diversas como la obesidad, los medicamentos genéricos o la seguridad de los alimentos. Dentro del campo sanitario, sobresalen su Servicio Central de Análisis, una Resonancia Magnética Nuclear y el segundo Banco de ADN del territorio.

Red pública. El Instituto Bioaraba, que aglutina los proyectos que se realizan en el HUA, desarrolla en la actualidad más de 100 proyectos y es el máximo exponente de la iniciativa pública en la provincia. De entre sus múltiples grupos, predominan los de Salud Mental, trastornos del sueño, genética y patología cardiovascular. El CIEA de la UPV también destaca por sus dimensiones.

Red privada. La Fundación Eduardo Anitua, la clínica del doctor Mikel Sánchez y Tecnalia se sitúan a la vanguardia.