¡Lo de este equipo no parece tener fin”! comentaban dos grandes aficionados al fútbol de cualquier parte de Europa. “¿Pero quién es este Deportivo Alavés?”, “¿De dónde son?” “¿¿Pero quién es este Deportivo AlavésDe dónde sonCómo visten” Pese a estar al tanto de todo lo futbolístico que se ‘cocía’, prensa escrita, sonora y visual del viejo continente desconocían, hasta lo más elemental, de nuestro equipo, de ese conjunto que estaba sorprendiendo al mundo del fútbol europeo. “Creo que son de Victoria (sic), una ciudad al norte de España”, dice uno. Su amigo le rectifica: “No puede ser Victoria, que es una ciudad que está en Canadá. Tiene que ser otra”.

Y buscando entre mapas y libros de geografía descubren a la ‘Atenas del Norte’, a nuestra Vitoria, sin ‘c’, a nuestra adorada Gasteiz. “Es una ciudad de apenas 250.000 habitantes”, remarca uno y su compañero remata: “Pues tiene mucho mérito lo que están consiguiendo estos que visten de azul y blanco”. “Calla, calla”, dice el primero y continúa: “Aquí pone que visten de albiazul y que se denominan babazorros” y al unísono, antes de comenzar a repasar la trayectoria del Glorioso, acaban con esta frase mítica del cómic de Astérix y Obélix: “Están locos estos albiazules

Los dos amigos comienzan chequear la locura europea albiazul, bendita locura, que comenzó el 14 de septiembre de 2000, en Mendizorroza, y finalizaría el 16 de mayo de 2001, en Alemania, en Dortmund, en el Westfalenstadion (hoy Signal Iduna Park). La primera eliminatoria es contra los turcos del Gaziantepspor, a los que hay que doblegar a base de goles (3-4) en su guarida del Kamil Ocak Stadyumu. Luego dos visitas a Noruega. Primero un desconocido Lillestrom, que recibe lo suyo (1-3) en el Marienlyst de Drammen, aunque se envalentonan en Mendizorroza (2-2). El otro conjunto noruego, Rosenborg, tiene poso europeo. En Champions había ganado al Real Madrid y tras el empate de la ida (1-1), parecía misión imposible la vuelta. Pero los de ‘Mané’ se sueltan el pelo y el Lerkendal Stadion de Trondheim asiste estupefacto a un vendaval albiazul (1-3), que en las noches europeas se muta a rosa.

En octavos llega un club de la aristocracia europea, Inter de Milán, y de nuevo otro empate (3-3), ya van cuatro, en Mendizorroza. Ahora sí que esto se acaba, pensaron los analistas. Pero el ‘equipo rosa’ es ingobernable, indomable, insumiso y rebelde. El palacio de los aristócratas es profanado (0-2) y Milán y el fútbol europeo comienzan a preguntarse “¿Están locos estos albiazules?”. Y la locura sigue y cae el Rayo Vallecano, único equipo que vence al Deportivo Alavés antes de la final. Y estos albiazules o rosas o lo que sean, se han plantado en semifinales.

Reconocimientos, aplausos y felicitaciones por la trayectoria europea, más si cabe en un debutante, pero de esta serie no pasa el ‘pink team’. El rival en la antesala de la final es un conjunto alemán, FC Kaiserslautern, y además el partido de vuelta hay que jugarlo en su Fritz Walter Stadion, conocido como el ‘Infierno de Betzenberg’. Pero para infierno el que viven los integrantes del conjunto alemán en Mendizorroza, el 5 de abril de 2001. El Kaiserslautern había eliminado al Bohemian irlandés; Iraklis griego; Rangers escocés; Slavia checo y PSV holandés y se las prometían muy felices. Nunca imaginaron que un tsunami, un terremoto, un alud, una tormenta y una tempestad se juntasen al mismo tiempo, para destrozarles por completo.

En la noche más eléctrica y goleadora europea que ha presenciado Mendizorroza, una vorágine de fútbol, el Deportivo Alavés vence por 5-1 en el partido de ida de las semifinales. ¡Antológico! ¡Lo nunca visto! La visita al ‘Infierno de Betzenberg’ será otra historia y de nuevo dirán, esta vez los alemanes: “están locos estos albiazules”.

4 penaltis señaló el colegiado Rune Pedersen en el encuentro, tres a favor del Alavés. Todos fueron convertidos en gol: Contra (2) e Iván Alonso y el defensa Harry Koch para los alemanes. Jordi Cruyff y Magno fueron los otros goleadores albiazules.

revista de prensa

El País: El Alavés destroza al muñeco alemán. El Kaiserslautern fue un espantajo en Mendizorroza”.

Mundo Deportivo: “Increíble. Histórico. Glorioso. Encuentro memorable de un Alavés que sigue haciendo historia”. El Diario de Hoy (El Salvador): “El Alavés español acaricia el sueño de alcanzar la final”.