a temporada 1989-90 significa para el Deportivo Alavés decir adiós, hasta el momento, a la Tercera División, después de descender a esta categoría por impago a sus futbolistas a finales de la campaña 1985-86. Han sido cuatro largas temporadas en la última categoría nacional de nuestro fútbol: 1986-87 (Alberto Uriona, entrenador); 1987-88 (Iñaki Espizua); 1988-89 (Juan Mari Begoña, el padre de Ibón Begoña); y 1989-90 (Luis María Astorga). Parecía imposible salir de la misma…

Nos estamos adelantando a los acontecimientos, que el ascenso a Segunda B es el 1 de mayo de 1990. Tiene una gran importancia en la historia más reciente del club albiazul este ascenso, ya que en caso de permanecer una temporada más en Tercera la desilusión y la huida por parte de los aficionados podría haber tenido importantes repercusiones. Pero no hagamos ciencia ficción, ni seamos émulos de Steven Spielberg. La historia es la que es y lo demás son elucubraciones o un guión para encarnar a Sloth Fratelli.

El 11 de marzo de 1990 se disputa la 27ª jornada del campeonato en su grupo IV, en una Tercera en la que compiten equipos vizcaínos, guipuzcoanos y dos conjuntos alaveses, Deportivo Alavés y AD Abechuco. A comienzos de curso regresa como entrenador, también lo fue en la temporada 1982- 83 en Segunda, el guipuzcoano Luis Astorga y siguen como futbolistas de anteriores temporadas importantes bastiones como Josu Ugarte, Feijóo, Arrue, Santi o Urbina.

La llegada de hombres como Alberto Roth, Joseba Gómez, Camacho, Txosa, Kepa Azkue o Biota, dan un plus de mayor competitividad a la plantilla albiazul, que desde el principio de temporada sale en busca del campeonato y el ascenso a superior categoría. Si el banquillo tiene un entrenador competente y serio en la figura de Astorga, la Junta Directiva ha sido remodelada por completo con la llegada a la cúpula albiazul del denominado grupo de los hosteleros, auspiciado por Juan Arregui y personificado en las figuras de Gonzalo Antón, Gregorio Rojo y Pedro Foronda.

Con estos ingredientes el Alavés lidera la tabla con solvencia, cinco puntos que serán seis al finalizar la jornada sobre el CD Aurrera de Ondarroa, cuando el 11 de marzo juega en Mendizorroza el Gernika Club, conjunto que lleva un colchón de seis puntos sobre el descenso. Los de la Villa Foral apenas oponen resistencia y caen derrotados por 3-0 con goles de Camacho, Joseba Gómez y Biota, este de penalti.

Lo que más llama la atención antes del partido es la aparición del crossman vitoriano Martín Fiz en Mendizorroza, que ocho días más tarde de su onomástica, ha cumplido 27 años, se ha proclamado campeón de España de Cross en Estella en la mañana de ese 11 de marzo. Martín Fiz realiza el saque de honor, agasajado por el presidente Juan Arregui, y los más de 4.900 aficionados que asisten al partido en Mendizorroza rompen a aplaudir cuando el atleta gasteiztarra golpea con estilo el balón, recordando sus tiempos de futbolista.

Si el Deportivo Alavés tiene como punto de inflexión la temporada 1989-90, Martín tendrá una importante reflexión tras las Olimpiadas de Barcelona en 1992. En tierras catalanas Fiz alcanzará las semifinales en la prueba de 5.000 metros, pero se replanteará su futuro. Tomará la decisión de pasarse a la distancia que un soldado griego de nombre Filípides inmortalizó: Maratón. A partir de ese momento ser campeón de Europa, del Mundo o una eminencia en Otsu (Japón), será algo consustancial al apellido Fiz, que nos dejará para el recuerdo una de las gestas más bellas del atletismo: Helsinki (Finlandia) 14 de agosto de 1994.

condecoraciones

Martín Fiz ha sido reconocido con importantes galardones: Príncipe de Asturias de los Deportes, Medalla de Oro al Mérito Deportivo, Medalla Orden Olímpica, Medalla de Oro de la Provincia de Álava, Medalla de Oro de la Ciudad de Vitoria.

Tras caer derrotado frente al Aurrera de Ondarroa (3-1) el 4 de febrero, el Deportivo Alavés encadenaba su quinta victoria consecutiva. La racha seguiría hasta finalizar la temporada, encadenando 16 partidos seguidos sin perder.

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