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La mejor versión de Borja Iglesias al calor de los suyos

Defensor de la igualdad entre las clases sociales, el atacante ha recuperado sus mejores cualidades para erigirse en referencia del Celta

La mejor versión de Borja Iglesias al calor de los suyosEFE

Borja Iglesias es feliz en el Celta. Se considera un privilegiado y a sus 32 años se muestra más que contento de su vuelta a sus orígenes. El Panda volvió la pasada temporada a Vigo, donde estuvo en el filial celeste hasta marcharse al Real Zaragoza en 2017. Precisamente en su época en el segundo conjunto celtiña fue donde surgió su apodo.

Al ariete gallego le gusta el hiphop y en aquel vestuario ponía a todo volumenla canción Panda del rapero Desiigner. Aquella melodía inoculó al resto de compañeros que pronto supieron como dirigirse al internacional de Santiago de Compostela.

Iglesias es un tipo inteligente, defensor de causas sociales, preocupado de que las desigualdades que puede haber en la sociedad no sean cada vez mayores. En suma, se preocupa por los demás, rompiendo muchas veces los estereotipos que hay sobre los futbolistas de élite.

No oculta que es un privilegiado, aunque también ha tenido sus malos momentos, como hace dos años cuando mostró su descontento con su profesión. Autor hasta ahora de cinco goles en doce encuentros, Borja Iglesias es la referencia actual de un Celta que no renuncia a nada. Comparte galones con todo un Iago Aspas y ha vuelto a la selección tras el affaire de Rubiales y Jeni Hermoso.

Aquella fue otro muestra más de los ideales del jugador gallego. Apuntó abiertamente que renunciaba al equipo nacional mientras el entonces presidente no dejara su cargo por el famoso beso y así fue. Ese compromiso con los derechos de los demás lo extrapola a su día a día en el balompié. 

Hasta que Luis de la Fuente ha vuelto a recuperarlo. Por ello y por sus condiciones y goles. Porque ahí donde se ve a una espigada figura y para algunos poco habitual en el fútbol se esconde un jugador con otras virtudes.

Su forma de moverse y asociarse con los compañeros está fuera de toda duda, aunque en el Valencia, por ejemplo, no reconocieran su valía aludiendo precisamente a sus 1,87 centímetros. Incluso en su día una autorizada voz del Villarreal cuestionó igualmente su paso por la cantera groguet pese a ser el segundo máximo goleador aquel curso en División de Honor Juvenil. 

Contra viento y marea, Borja Iglesias supo darle la vuelta y volver a Vigo para desde el Celta B dar el salto después al Real Zaragoza y pasar más tarde por el Espanyol, el Bayer Leverkusen y el Real Betis. En su palmarés presume de una liga alemana y una Copa del Rey. Quienes le conocen definen a Borja Iglesias como alguien familiar al que le apasiona la moda y la música. 

En Vigo ha encontrado la cercanía de su familia y el apoyo total de su pareja, la influencer María Valero, quien pese a la distancia que muchas veces tiene con él fruto de sus quehaceres laborales no ha dudado en apoyar su decisión de regresar a Balaídos. Ella le aporta la tranquilidad necesaria y ha resultado clave para mostrar el momento deportivo del ariete santiagués. 

Este sábado será una pesadilla para la defensa albiazul. Por arriba o por abajo, con la izquierda o la derecha, de cabeza o con el pie. Diferentes recursos que el delantero gallego maneja como pocos y que la retaguardia del Deportivo Alavés deberá controlar en todo momento para evitar sustos. Ese es Borja Iglesias, un futbolista diferente a todos los niveles, muy de su familia y preocupado de que los niños o las mujeres tengan las mismas oportunidades que el resto.