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La revolución de Coudet en el descanso, sin recompensa

La entrada de una tacada de Guridi, Vicente y Abde da otro aire al Alavés sin que pueda obtener, al menos, un punto en Montilivi

Reis despeja un balón en presencia de AbdeEFE / David Borrat / EP

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Al Chacho Coudet, un técnico intervencionista a más no poder en la presente temporada que tiende a cambiar de alineación y sistema en cada partido, no le volvió a temblar el pulso tras el descanso con el fin de dar otro aire al Alavés bastante romo e insulso que se estaba viendo sobre el césped de Montilivi.

Tal y como sucedió el pasado 13 de septiembre con aquella mágica salida a San Mamés en la que el Glorioso facturó tres puntos de indudable prestigio, el entrenador argentino optó nuevamente por revolucionar al equipo en el periodo para la reflexión.

Si ante los vizcaínos hicieron acto de presencia Denis Suárez, Boyé y Toni Martínez consiguiendo revertir el dominio del Athletic Club, frente al colista liguero se produjeron otras tres sustituciones de una tacada que esta vez no surtieron el efecto esperado.

Los cambios estaban cantados antes de que Cordero Vega enviase a los jugadores de ambos conjuntos al vestuario. No en vano, Guridi, Carlos Vicente y Abde –los elegidos por Coudet para insuflar oxígeno– llevaban tiempo calentando sobre la banda y estaba claro que este trío iba a recibir la alternativa en busca de más mordiente en los metros finales.

El Alavés pasó del 4-4-2 a un 4-2-3-1 renunciando por momentos a la doble punta, pero su empuje careció de recompensa. Llegó un gol de Antonio Blanco que fue anulado con justicia por el VAR y, al margen de varias intentonas a la desesperada más con el corazón que con la cabeza, la escuadra vitoriana careció de clarividencia y, por descontando, contundencia en la vanguardia.

La defensa más goleada de LaLiga echó esta vez el cerrojo pese a que, bien avanzado el choque, Coudet puso más pimienta con la entrada de Diego Morcillo, delantero del filial, e incluso colocó a Tenaglia de falso nueve en busca de un algún testarazo salvador que permitiera al Alavés sumar, al menos, un punto. Nada funcionó, a la postre, en Montilivi.