Media hora le bastó al Alavés B para llevarse los tres puntos de su visita a Alfaro. El filial alavesista se impuso por un claro 0-3 que quedó encarrilado con dos tempraneros goles de Lander Pinillos y Chema Aragüés, y sellado de forma ya definitiva con el doblete del segundo todavía con una hora de juego por delante. Es la tercera victoria consecutiva del Miniglorias en sus desplazamientos, una gran trayectoria que sin embargo no está siendo capaz de refrendar luego en Ibaia, donde se le va buena parte de lo que gana fuera.

En la Molineta los de Molo Casas volvieron a ofrecer la versión de equipo solvente y eficaz que sabe leer los partidos según más le conviene en cada momento. La fórmula que esta vez les guió al triunfo fue la de dejar al rival en la lona por la vía rápida. Una ocasión inicial de Aitor Mañas avisó de las intenciones albiazules, materializadas a los nueve minutos con un certero remate de Lander Pinillos que batió a Gorka Alegría.

Lejos de conformarse con mandar ya en el marcador, los babazorros quisieron más, presionaron más y volvieron a desplegarse hacia el área local, donde tres minutos después Chema Aragüés conectó un disparo que puso el 0-2 en el marcador.

Quedaban ochenta minutos largos por delante, pero el partido se ponía muy de cara para el Alavés B. Más aún viendo que los dos tempraneros tantos de renta no relajaron a los vitorianos. No sorprendió que el Alfaro tratara de dar un paso adelante buscando el gol que le metiera de nuevo en el partido, pero la eficacia que los alavesistas habían mostrado en ataque la reciclaron en solidez como bloque para empezar a gestionar la cómoda ventaja.

Con los riojanos teniendo algo más el balón pero lejos de poder asediar el marco de Grego Swiderski, otra buena combinación de ataque del filial babazorro volvió a dejar el balón en franquía para Chema Aragüés, cuyo remate supuso el 0-3 y su particular doblete goleador.

EXIGENCIA FINAL

Pero pese a lo holgado del resultado, no hay partidos fáciles y este también tuvo su punto de complicación para el filial alavesista. Dos tarjetas amarillas para Ibon Martínez en los primeros quince minutos de la reanudación dejaron al Alavés B en inferioridad para la última media hora. El Alfaro no perdió la ocasión de dar un paso adelante y pisó el área un par de veces con peligro en los que se topó con la seguridad bajo palos de Grego.

El Miniglorias supo leer los avisos de los riojanos, optó por juntar líneas para dificultar la creación del rival e hizo los cambios con el objetivo puesto en no perder la consistencia. Aparcó el objetivo de hacer crecer la diferencia, que a buen seguro hubiera seguido teniendo de mantenerse con el once al completo, se centró en que el holgado colchón no disminuyera y convirtió la recta final en un discurrir de los minutos hasta confirmar el triunfo que le deja en puertas de regresar a los puestos de playoff.