Se acabó el tiempo de las probaturas para el Deportivo Alavés. En cinco días arranca una nueva temporada 2025-26, y aunque falten detalles por pulir y fichajes por realizar, el caso es que ya habrá puntos en juego y obligaciones que cumplimentar. En la retina albiazul quedan los dos últimos encuentros disputados la semana pasada ante rivales de inferior categoría y a los que ni tan siquiera se les ha podido marcar un solo gol. Ello aumenta la preocupación del aficionado, más allá de que haya sido tiempo de pruebas, pero lo cierto, basándose en la sensaciones, es que por resultados e imagen los encuentros jugados durante estos días atrás han ido de más a menos.
Y es que el amistoso ante el Athletic deparó motivos para la esperanza, más allá de que el duelo terminara con triunfo para los de Coudet. Dosis de cierta calidad en las caras nuevas con solidez y automatismos adquiridos en los que ya seguían del curso anterior hacían albergar ciertas esperanzas de que el trabajo realizado en las dos primeras semanas empezaba a notarse.
Cuatro días después, el choque ante el Castellón dejó la reacción una escuadra que supo voltear el marcador para no caer ante un contrincante de Segunda División, además del doblete de Mariano. La aclimatación del exdelantero del Real Madrid empezaba a verse y las opciones de que finalmente tuviera un contrato, como así ha terminado siendo, iban creciendo jornada a jornada. Al mismo tiempo se iban cocinando llegadas como las de Aleñá o salidas como la de Mouriño, que ha trastocado bastante los planes iniciales y obliga aún más a Sergio Fernández a acudir al mercado a por dos piezas más para reforzar dicha posición, más allá que de momento Parada esté cumpliendo con creces como central zurdo.
Las sensaciones transmitidas por el equipo han ido de más a menos desde la victoria en el estreno contra el Athletic
Casualmente, la de central y delantero serán las figuras que más cambios ofrezcan en el nuevo curso que a punto está de comenzar para el Deportivo Alavés. La salida de tres defensores titulares en las últimas dos campañas cambia por completo la fisonomía de un grupo que debe basar su rendimiento en el trabajo defensivo como punto de partida, sobre todo teniendo en cuenta las dudas que a día de hoy existen sobre las posiciones de ataque.
Dichos problemas de cara al arco contrario empezaron a darse ante el Girona en el tercer amistoso. Derrota por 1-0, pero cierta incapacidad para generar peligro en determinadas fases del duelo y poca puntería cuando los albiazules dispusieron de ocasiones claras. Y esas carencias ofensivas han terminado por evidenciarse del todo esta pasada semana en los enfrentamientos ante el Huesca y Eibar.
Entre ajustes y entradas de futbolistas que hasta hace poco habían tenido poco presencia en los amistosos, la fiabilidad ofensiva no es precisamente una de las cosas que a buen seguro deje tranquilo al entrenador argentino a cinco días para el comienzo del nuevo curso. Algo más de tiempo tiene la dirección deportiva para perfilar el puzle definitivo y concretar las fichas que restan para darle al técnico un abanico de opciones mayor del que ha tenido hasta ahora.