La continuidad de Eduardo Coudet de una temporada a otra es la sexta vez que se produce desde que Josean Querejeta se hizo con las riendas de la entidad vitoriana. Dado a múltiples cambios en su banquillo, el máximo accionista ha logrado que por segundo verano consecutivo el preparador que termina un curso arranque el siguiente. Lo hizo hace un año Luis García Plaza al renovar por dos temporadas, aunque luego fuera destituido a comienzos de diciembre, y ahora sucede algo semejante con Coudet. En los anteriores casos, tan sólo una vez se produjo la misma sucesión de acontecimientos.

Así, el primer preparador que logró comenzar dos cursos distintos fue Natxo González, quien tras ascender a Segunda División en la temporada 2012-13 arrancó la siguiente, pese a no lograr acabarla. Cerraría casualmente ese campeonato sentado en el banquillo albiazul Alberto López, quien se ganó la renovación al lograr la permanencia en la categoría de plata del fútbol español. Luego, hubo una travesía de tres temporadas hasta volver a darse dicha situación. Fue con Abelardo, quien cogió al cuadro alavés en una situación delicada, tras los fiascos de Zubelia y Di Biasi, para salvarlo y ganarse a pulso la continuidad.

El siguiente caso lo protagonizaría Javi Calleja, en el curso 2020-21, logrando en las últimas nueve jornadas la permanencia y empezando el siguiente ejercicio, pese a que tampoco lograría concluirlo, al dirigir sólo doce encuentros. Ni tan siquiera Jose Luis Mendilibar ni Julio Velázquez enmendaron la situación. Entonces entraría en escena Luis García Plaza, el preparador que más tiempo ha estado sentado en el banquillo de Mendizorroza en la época de Querejeta.

Logró ascender a la máxima categoría un año después, con el gol de Villalibre de penalti en Valencia ante el Levante, ganándose a pulso la renovación por una campaña más. Pero su trayectoria fue a más, obteniendo hace doce meses la permanencia de manera holgada.

Eso le valió para empezar su tercer mandato deportivo e incluso con un nuevo contrato de dos temporadas. Aunque las cosas se fueron torciendo después de un prometedor arranque de campeonato, desembocando en su discutido adiós.

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En imágenes: El relato de Villalibre sobre su histórico penalti contra el Levante DNA

Entonces aterrizó Eduardo Coudet, que tras una notable segunda vuelta conseguía hace un par de semanas la salvación y el beneplácito de la cúpula directiva para seguir el año que viene. El argentino desde este jueves forma parte del elenco de entrenadores que acaban un curso y empiezan el siguiente. 

Objetivo cumplido

El entrenador argentino ha conseguido el objetivo para el que fue contratado en su día. Y eso que no lo tuvo nada fácil desde que dio sus primeros pasos en Vitoria a primeros de diciembre del año pasado.

La afición no le acogió precisamente con los brazos abiertos. En buena medida porque fue el propio Chacho quien pagó los platos rotos de la ira y la frustración de buena parte del alavesismo con las altas esferas tras la destitución del entrenador que devolvió al Glorioso a la élite.

Luis García había calado tan hondo entre la masa social babazorra que cualquier recambio en el banquillo por el que Josean Querejeta y Sergio Fernández hubiesen apostado en aquel instante habría sido acogido a regañadientes y con buenas dosis de escepticismo.